Capítulo 3. Un día con Victor

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Nota: Para hacer más sencilla su comprensión puse pequeños indicadores de la hora y lugar (formato 24 horas u horario militar) Creo que quedó bastante cutre pero es lo que hay :'v
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Victor

•15:16. Oficina del director.

-Chicos, Rachel me acaba de advertir que Slade se acerca junto con el subdirector Blood -nos informó Dick desde la puerta de la oficina- si no salen pronto no creo poder hacer mucho tiempo.

-Solo un momento -exclamé yo por respuesta, ya que, estamos aquí y no me márchare hasta terminar esta maldita broma.

-Oigan estarán aquí en quince -insistió el de cabello azabache, ahora un poco más nervioso.

-¿Quince minutos? ¡Ja! Nos sobra tiempo -repuso alegre Garfield.

-En realidad segundos, intentaré ganar tiempo ¡ya están aquí! -masculló Richard y cerró la puerta mientras lo escuchábamos hablar con nuestro director.

-Oh viejo estamos muertos -sentenció mi amigo fijando sus ojos verdes en mi.

-Dame solo un segundo y...¡¡Listo!! -festejé un instante junto a Garfield hasta que sentí vibrar mi celular, sabía que esto era una advertencia de Dick así que me apresuré en encontrar una salida.

-¿¡Por dónde!? -me asomé en la ventana y miré a mi amigo -No, no, no. ¡Claro que no! Hermano no voy a saltar por la ventana -negó moviendo las manos.

-Si tienes una mejor idea te escucho -me crucé de brazos para ponerlo más nervioso. El solo se quedó mirando todo él cuartucho -Lo tomaré como un no, además es solo un segundo piso, no morirás a menos que seas lo suficiente tonto para hacerlo.

-Creo que tengo demasiadas posibilidades de ser lo suficiente tonto- escuché él picaporte girar y la voz del dueño de la oficina, además del contador de la pequeña bomba de brillo. Sabía que significaba que no teníamos más tiempo así que hice lo que tenía que hacer....

•○•○•○•

Mi nombre es Victor Stone. Cuando viajaba de pequeño con mis padres tuvimos un accidente. Solo dos sobrevivimos. Toda parte de mi cuerpo que se vio afectado fue reemplazada por implantes robóticos. Pero ¡Hey! No fue del todo mal, las tecnologías van en avance y yo soy un vivo ejemplo de ello. Mi padre consiguió que aún siendo reemplazos robóticos funcionaran como reales y por ellos continúe mi vida cotidiana, pude convertirme en el líder de el equipo de fútbol en la preparatoria, y también continúe con la robótica, yo la llamaría mi verdadera pasión.
No es como si pudiera sacar un cañón láser de mi brazo, o propulsores de mi pierna, o escanear personas con mi ojo. Solo funcionan como si fueran las estremidades normales que perdí. Claramente me costó lo suyo adaptarme que al despetar y mirarme al espejo no encontraba lo que se dice un niño "normal". Después de un par de años y amigos que me ayudaron conseguí adaptarme a los cambios de piezas anuales, y las revisiones mensuales.
Justamente me encontré con algunos de esos amigos al salir de mi casa.

•7:40. Puerta de la residencia Stone

-Hola chispitas, ya era hora que despertaras -ese fue el recibimiento de Karen.

-Ya te he dicho que no me llames así -dije sin realmente tomarle mucha importancia. Solo debes de cometer un error en tu niñez, solo uno, y ya la "genial" Karen Beecher se encargará de recordártelo cada día. ¿Qué debí haberme asegurado de que mi proyecto para la feria de ciencias de tercer grado no terminaría explotando si por error vertía mi bebida en ella? Sí, puede que si. Pero mi perro robot mascota era muchísimo mejor que el estúpido proyecto de Karen. ¿¡A quien rayos le importa si las avispas matan a las abejas!?¿¡Quién necesita una alternativa para mantenerlas lejos!? Nadie, apsolutamente nadie. Por eso es que me pertenecía a mí el premio, no sólo una medalla de "buen intento, sigue así, te esperamos el próximo año".

Los Jóvenes Titanes: "Destino Secreto". UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora