Buscando en mis cosas viejas encontré un libro muy antiguo que tenía como consejo "si miras la oscuridad encontrarás una infinidad de pensamientos profundos". Entonces intenté hacerlo muchas veces y saben no lo conseguí; seguir intentándolo era inútil. -¿Será que no me concentro bien? Claro que si me concentro bien, creo que mirar la oscuridad es algo tonto, no se puede mirar la oscuridad. Recurrí al internet; después de cuatro días de investigación no encontré nada con respecto al libro, no había otra opción que leer el libro completo, después de una larga lectura me cansé pero no descifré como mirar a la oscuridad. Me faltó una hoja que no leí porque tenía las letras muy pequeñas y en realidad estaba exhausto, ¡aaaaaaaah! Grité y me puse las manos en la cabeza, tenía un fuerte dolor de cabeza, tanto que decidí dormir. Y como algo normal tenía un sueño, pero no cualquier sueño, uno espeluznante donde veía una sombra oscura que me perseguía por todo el pueblo, me escondí pero la oscuridad iba detrás de mí. Cuando me atrapó no podía decir nada ni moverme solo temblaba al ver que algo me sujetó y con una voz con una frecuencia tan baja que parecía un susurro me dijo: Sí ves la oscuridad, también puedes sentirla, solo lee la última página y me repitió con un tono de voz más fuerte: lee la última página. Al despertar del sueño me levanté con mucho miedo y miré el libro con mucho temor de abrirlo, pero no fui capaz de verlo porque tenía un gran temor. Al rato llegaron mis compañeros y me invitaron a jugar a micro en el poli deportivo, eran aproximadamente las siete treinta de la noche, con un fuerte empujón me caí y mire hacia riba, quede agonizante viendo borroso y vi a la oscuridad acercarse. En eso me puse de pie y salí corriendo gritando como un tonto diciendo ¡la oscuridad me persigue!, llegué a mi casa y abrí el libro, con una lupa leí y decía que el que leyera esto obtenía la maldición de la oscuridad. Pasó el tiempo y ya tenía 18 años seguía averiguando como librarme de la oscuridad; investigación tras investigación y no conseguía nada, hasta que encontré un artículo donde decía como librarse de la maldición de la oscuridad. El secreto era dormir cinco días con la luz encendida, lo hice durante cinco días y saben que; aunque creía que ya me había librado de la oscuridad perseguidora, un día del mes de febrero caminaba por un sendero con un fuerte sol, llegando al pueblo me recosté a una pared, ya que estaba muy cansado de la caminata tanto que me dormí recostado ahí. Y se repitió otra vez la oscuridad me perseguía por todos lados, me atrapó y me dijo lo mismo que en el sueño anterior. Yo estaba confundido ya que había leído toda la hoja o por lo menos toda, creo que había una página escondida detrás de la portada del libro. Desperté y fui a casa, ya con tantos años lidiando con esto no me da miedo ni si quiera un poco; vine y busqué el libro y como sorpresa si había una página escondida detrás de la portada del libro. Leí y decía que debía leer todo el libro y luego quemarlo durante la noche, así que lo hice y luego algo muy extraño paso, algo increíble que no había sentido en toda mi vida, era como un sentimiento de libertad. Luego de muchos pero muchos años conté mi historia, al parecer se había vuelto famosa en todos los medios de comunicación, radios, noticieros, prensa, en todos los lugares se escuchaba la historia de la noche perseguidora. Sé que a muchos la historia les parece espeluznante pero en realidad es un gran consejo para no caer en manos de algo maligno. Cuidarse de las cosas malas es lo mejor, por eso al momento de hacer algo es mejor revisarlo bien de pronto terminemos perjudicados por mucho tiempo. En la vida a veces queremos hacer cosas a la ligera y por eso no salen bien, a veces somos tan ingenuos que pensamos que lo que hacemos está bien pero en realidad está mal. No sé por qué no lo nombré al principio pero no puede faltar. Que todo de lo que hagamos hay que ponerlo en manos de Dios padre todo poderoso, por eso a veces vemos que personas ignorantes hacen cosas con su vida que no deberían, cosas que dañan la relación con la comunidad donde se encuentran. Así que no hagamos las cosas sin primero consultar con Dios y contigo mismo.
