danna - sukufushi

Capítulo 1.

"Querido Megumi,

Te escribo esto porque quiero que entiendas que mi intención jamás fue hacerte sentir mal, deteste verte llorar así. Después de lo que sucedió durante esos dos días lo último que pensé fue que reaccionarías de tal forma, no quiero que estes asustado de mi, o aún peor, de ti mismo. Necesitas saber que no pienso menos de ti, y espero que tú tampoco de mi. Jamás se lo contaría ni a un alma si eso es lo que te preocupo tanto, no te lo recordare de nuevo si eso es lo que deseas, pero entiende que no puedo fingir que nunca paso, pues todas las noches pienso en lo hermoso que te viste, en lo mucho que tú alma y ojos brillaban, te sentías tan libre y poderoso, te escuchabas como el canto de un ángel, no creo que ese sea un sentimiento que pueda olvidar alguna vez.
Egoístamente, espero que vuelva a suceder.

Pensé que te había enseñado que no debes arrepentirte de lo qué haces o sentirte enojado.
Sabes que ni tú ni yo volveremos a ser los mismos, pues creo fielmente que te marqué de una forma espiritual, y se que ambos sabemos que estamos destinados a estar juntos, así que no luches contra este sentimiento y vuelve a mi, prometo que seré el mejor danna que una geisha podría desear, viviremos juntos y ni tú, ni tu familia volverá a pasar una noche fría.

Hablo enserio cuando te digo que no dejo de pensar en ti, no se que me haz hecho, ya no puedo reconocer al hombre que veo frente al espejo, veo a alguien sufriendo de amor, pero no me siento ridículo al respecto, estoy orgulloso de haberme enamorado de alguien como tú. No puedo vivir sin tu mirada, sin tu pálido rostro o tus suaves manos, ¿quien me hará sonreír si tú no estás? todas las noches rezo para tenerte a mi lado por siempre, quisiera guardarte para sólo contemplarte yo mismo pero también quiero que todos vean lo maravilloso que eres. Incluso recuerdo nuestras peleas con amor, podremos tener miles de diferencias pero al final del día nada de eso importa, porque estamos locos el uno por el otro, se que me amas tanto como yo a ti, ya no te trates así y déjame brindarte la misma paz que tú haz traído a mi vida. Te extraño tanto que apenas puedo soportarlo.

Te espero en las puertas de mi hogar en una semana desde aquí, si no te presentas entenderé tú mensaje.
Te lo imploro, no me hagas sufrir más.

Con todo mi ser, Sukuna".

—un año antes—

Era una noche muy importante para Megumi, al fin le demostraría al mundo todo por lo que ha trabajado durante estos largos y cansados 8 años, faltaba sólo un mes para su cumpleaños número 16 pero su Okasan* ya se encontraba desesperada por presentarlo ante la sociedad como un nuevo geisha, Megumi no entendía porque pero sabía que casi dejaba en bancarrota a su familia el día que lo compraron, sus hermanas mayores siempre se lo recordaban, si no fuera por el éxito de ellas ni siquiera lo hubieran podido conseguirlo a él. Su agobiada Okasan ya no quería esperar más, lo haría debutar para poco después hacerlo pagar su deuda, y que todas sus inversiones puedan al fin tener frutos.

La okiya* pertenecía al viejo señor Takahashi, era un hombre moribundo quien solía ser un pobre pescador que ahorró por años para poder comprarse a una niña omega para convertirla en geisha y al fin cumplir su sueño de hacerse rico, puso a su hija a cargo de todo y las cosas se dieron como lo deseo, cuando la primera joven pagó su deuda compró a otra, y al final junto el dinero que le daban ambas y tomó la arriesgada decisión de comprar a un niño omega, enfermo poco después y tuvo que permanecer el resto de sus días en cama.

Todos estaban nerviosos, pues hace años que no debutaba un hombre omega como geisha, y todos en el hogar sabían que si a él le iba mal, a todos les iría igual.
Por supuesto, no enviarían a Megumi solo a la boca del tigre, sus dos hermanas mayores fueron junto con el a su presentación; irían a una reunión de hombres de negocios a brindarles entretenimiento mientras brindaban junto con ellos, tratarían de hacerlo una noche simple y rápida para no causarse mucho estrés.