Celos [minsung y hyunlix]

4

La semana avanzaba con una calma engañosa. Aunque los saludos seguían, las miradas cruzadas aumentaban. Las conversaciones entre los cuatro se habían vuelto escasas, tensas... como si algo estuviera al borde de romperse otra vez.

Hyunjin había estado más callado de lo normal. Aunque seguía acompañando a Jisung, su sonrisa se sentía menos brillante. No porque estuviera molesto con él, sino porque todo empezaba a pesarle demasiado.

Lo que comenzó como un plan para hacer sentir mal a Minho, ahora le estaba haciendo daño a él. Porque mientras Jisung dudaba... Hyunjin ya sabía lo que sentía.

Y tenía miedo de perder.

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🌙 Esa tarde, en vez de ir a casa, Hyunjin tomó otro camino.

—Voy a quedarme en el salón de arte un rato —le dijo a Jisung—. Necesito despejarme.

Jisung lo abrazó antes de irse, sin saber cuánto lo necesitaba en ese momento.

Hyunjin se encerró en el aula vacía, encendió la luz y se sentó frente al lienzo que había comenzado días atrás. Era un retrato inacabado de alguien que ya no sabía si debía seguir pintando.

Tomó un pincel, mezcló colores, pero su mano temblaba.

—¿Por qué sigues haciéndome daño... si yo solo quiero que me veas? —murmuró para sí, y una lágrima cayó sin permiso sobre la paleta de colores.

—¿Siempre pintas cuando estás triste?

Hyunjin giró con brusquedad. La voz no era imaginaria.

Era Felix, de pie en la puerta, con una expresión que mezclaba sorpresa y culpa.

—¿Tú qué haces aquí? —preguntó Hyunjin, secándose el rostro con rapidez.

—Vi que venías solo... y te seguí. Pensé que quizás querías hablar.

—¿Hablar? ¿Con el chico que me quitó al que me gustaba?

Felix tragó saliva.

—Sé que lo merezco. No espero que me perdones, Hyunjin. Solo... no quiero seguir fingiendo que todo está bien. Porque no lo está.

Hyunjin suspiró profundamente.

—¿Y qué esperas lograr ahora? ¿Una disculpa para dormir mejor?

Felix caminó hacia él, despacio, como si cada paso fuera una prueba.

—No. No vine a buscar perdón. Vine porque estoy igual de jodido que tú.

Eso sorprendió a Hyunjin. Felix, que siempre parecía fuerte, dulce, perfectamente equilibrado... estaba roto también.

—¿Tú? —preguntó con una risa seca—. Tú eras el que tenía lo que quería. A Minho. Su cariño. Su atención.

—Tenía su cuerpo. Pero su corazón... nunca fue mío —dijo Felix, con una mirada perdida—. Siempre estuvo con Jisung. Yo lo sabía. Pero me mentí a mí mismo porque necesitaba sentirme querido, aunque fuera una ilusión.

Hyunjin lo observó en silencio. Por primera vez, sintió que Felix no era su enemigo. Solo era otro corazón roto, atrapado en una historia mal contada.

—¿Y por qué viniste a mí? —preguntó, dejando el pincel a un lado.

—Porque tú me entiendes. Porque también te cansaste de luchar por alguien que no te ve como mereces.

Felix se sentó frente a él, en el banco opuesto.

—Tú y yo no somos tan distintos como pensábamos.

—No. Pero eso no cambia lo que pasó.

—Lo sé. Y no te estoy pidiendo que lo olvides.

Hyunjin lo miró fijamente, tratando de leer en sus ojos si había algo más. ¿Un nuevo interés? ¿Una simple necesidad de compañía?

—¿Tú me estás buscando... o solo estás huyendo de estar solo?

Felix bajó la mirada y respondió con sinceridad:

—Ambas cosas.

Hyunjin rió suavemente. Una risa cansada, pero honesta.

—Al menos eres sincero.

—Lo intento —dijo Felix, encogiéndose de hombros—. Pero si prefieres que me vaya...

—No —interrumpió Hyunjin antes de pensarlo demasiado—. Quédate. Solo... no digas nada. Vamos a pintar. En silencio.

Felix asintió. Se acercó, tomó un pincel y comenzó a pintar a su lado. No sabían exactamente qué estaban creando, pero el silencio que compartían era distinto: cómodo, reparador, necesario.

En algún momento, sin querer, terminaron pintándose el rostro como en una batalla infantil de colores. El frío del aula se llenó de risas suaves, y por primera vez en semanas, ambos se sintieron ligeros.

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🌙 Esa noche, mientras Jisung repasaba apuntes en su cuarto, recibió una notificación.

Era un mensaje de Felix.

📷 [Foto adjunta]: Felix y Hyunjin, los rostros manchados de pintura, sonriendo frente a un lienzo incompleto.

"No te preocupes por nosotros. Nos estamos cuidando mutuamente."

Jisung sonrió, con el corazón apretado.

Quizá las cosas no salieron como esperaban.

Pero al menos... alguien estaba encontrando paz en medio del caos.

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🌙 Mientras tanto, en otro lado de la ciudad...

Minho miraba una hoja de papel. Había escrito y borrado la misma confesión diez veces. Frustrado, la arrugó y la tiró.

Se puso de pie y se miró al espejo.

—Si quiero recuperarlo... voy a tener que demostrarle que lo amo. No con palabras. Con acciones.

Y así, con el corazón dispuesto y la mente enfocada, Minho comenzó a planear algo que podría cambiarlo todo.