capitulo 4

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Es increible como todas las vidas están conectadas, dependiendo las unas de las otras sin saberlo.
Esperando el momento necesario en el que se junten sus caminos.
Las personas dependemos de las otras sin saberlo.
Respiramos el mismo aire que respiran todos.
Compartimos ideas, pensamientos y opiniones.vivimos en una comunidad con diferentes formas de pensar. Buenas y malas.

Pensamos distinto porque vivimos diferente. Cada uno a su manera, especial.

Es imposible entender a una persona si no estas en su lugar, y eso es casi imposible. La única persona que sabe como se siente y se entiende es uno mismo. La opinión de los otros no importa porque uno mismo es el juez, espectador y protagonista de su propia vida.

Los pensamientos de Sebastián no tienen limites. Y yo lo sé porque yo si puedo ponerme bajo su piel y sentirme como él.

Cuando Sebastián descubrió lo que quería ser no lo dudó ni un minuto. Él quiere ser científico, y piensa llegar muy lejos.

Eso es algo de los que los pensamientos hacen. Te crean un mundo, te crean metas, sueños. Pero son solo pensamientos al fin y al cabo.

En la vida tenemos metas, metas que alcanzar, vivimos por algo, sino la vida sería aburrida.

La meta de Sebastián es clara: triunfar.

Sebastián es ese chico que no habla en clase, el raro que estudia mucho. Él no tiene amigos, pero tiene idea de lo que quiere en la vida.

Marginado, así es como le dicen.

Nadie tiene idea de lo que siente. La sensación de vacio constante, la sensación de estar solo. Ésas ganas de gritar, pero estar mudo. De llorar, pero no tener lágrimas.

No tiene, ni quiere amigos. No quiere amor, no quiere pena.

Sabe que todo termina algún día y no quiere sufrir más.

Ese mismo chico visita la tumba de sus padres todos los días, preguntándose como sería su vida con ellos a su lado en este momento.

Para suerte de Sebastián yo ya planeé lo que va a pasar. No todo va a ser bueno. Ni sería bueno si no existiese lo malo y no hay malo si no existiese lo bueno.

Ya ni se preocupa por prestar atención a la clase. Mas de lo mismo. Él ya sabe todo. Se aburre.

A su izquierda una gigante ventana le brinda una hermosa vista. El cielo es azul cómo el oceano y los rayos del sol rosa suavemente el verde cesped del parque del frente.

Días como estos son los que te hacen sentir vivo. Pensó.

Él puede encontrarce en un mundo en el que nadie lo entiende pero la esperanza siempre perdura en su corazón.

Cuando la clase llegó a su fin, Sebastián fue el primero en dirigirse a la salida. Dejando atras hasta el comienzo de una nueva semana a sus compañeros. O eso pensó.

Las calles estaban completamente vacías, pero el no le dio mucha importancia. Su mente no lo dejaba descansar.

Haciendo sus planes para el próximo año. Cuando termine su carrera se iría a vivir lejos. Dejaría atras un pasado atormentado. Un pasado que en su momento fue un presente feliz.

Absorto en su pasado tropieza con un cordón haciéndolo exaltar y darse cuenta que estaba llegando a su casa.

Cuando se encuentra en la puerta de su casa cambia de opinión. Iría al parque a tomar aire.

Un excelente lugar para relajarse.

Se sentó en un banco cerca de un arbusto, mirando los arboles, el sol, el cielo, el cesped, las flores marchitado anunciando el comienzo del otoño... pero rápidamente la escena cambió.

El cielo se volvió gris, un gris intenso. Un escalofrío recorrió la columna de Sebastián haciéndole estremecer. El aire frío le chocaba la cara como una cachetada de hielo haciéndolo reaccionar. Cuando quiso reaccionar ya era demasiado tarde. Un esplendor ilumino el cielo. Un ruido estremecedor. Luego todo se volvió negro y ya no hubo nada.

Cuando despertó ese ya no era su mundo, no era su tiempo y él ya no era él.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2022 ⏰

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