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Era extraña la situación emocional por la que estaba pasando. A pesar de reconocer que Chile era nada más y nada menos que un amor platónico, sabía que su final llegaría pronto, y que debía dejarlo ir.

Mientras miraba hacia la ventana y escuchaba como el sonido del viento lo arrullaba, México terminó profundamente dormido en aquel cuarto de hospital.

Alguien rondaba por los pasillos, y ese alguien había dejado una herida inmensa en el corazón del latino... ¿Qué hacía ahí?

Luego de deambular unos minutos más, logró dar con la habitación que buscaba, entonces entró y cerró la puerta con delicadeza al ver que su amado se encontraba dormido.

Después de observarlo por un par de segundos se sentó en la silla que habían dejado al lado de su cama para cuando recibía visitas.

Se desconoce el tiempo que Rusia llegó a permanecer ahí, mirando la relajada expresión que tenía México mientras dormía. Seguramente quería disfrutar ese momento de paz, hacía mucho que no sentía tranquilidad al lado de alguien.

–¿Qué hacés aquí?

–Necesitaba verte

–Yo no, así que sal de mi habitación

–¿Por qué dueles más de lo que deberías? -breve silencio- No sé por donde empezar, desconozco si es obsesión, amor o incluso culpa -dijo de manera cabizbaja- México, lamento haber sido inmaduro... Te extraño

–¿Crees que después de todo lo que sufrí quiero tener algo que ver contigo ? Claro que no

–No entiendes, estoy siendo sincero -breve pausa- después de que te casaste, algo en mi interior se rompió

Antes de continuar hablando, Rusia puso una mano sobre la del contrario, cosa que alteró a México, y este quitó velozmente su mano para ponerla sobre su abdomen.

–Rusia, soy un hombre felizmente casado, y nunca voy a hacer algo que pueda dañar a mi familia...

Esa breve discusión fue abruptamente interrumpida por los gritos emergentes del corredor. Ambos reconocieron de quienes se trataban, y guardaron silencio mientras uno de los extraños entraba a la habitación.

La puerta de la habitación fue abierta de golpe, revelando así la identidad de aquellos individuos.

Chile contaba con una expresión que demostraba cansancio, seguramente por las súplicas hacía Alemania que decía desde el marco de la puerta, antes de cerrarla en su cara.

–Por favor, lo nuestro nunca iba a funcionar

–Estas mintiendo

–¿Por qué debería?

–Tal vez por respeto, no creo que estés enamorado -silencio- ese beso en el balcón me demostró que aún soy parte de tu corazón

–Y aunque aún lo seas, nunca fuiste parte de mi vida, en cambio México sí... Mi amigo se casó conmigo para protegerme, él aguantó las burlas y las críticas de todos por años... Tu ni siquiera tuviste el valor para aceptar a nuestro bebé

El silencio fue nuevamente parte de la escena. Todo estaba lleno de tensión, y todos tenían diferentes cosas cruzando por sus mentes.

–Alemania, lo mejor sería que hables con él en otro momento

–¿Qué? ¿Pero que chucha estai diciendo weon?

En cuanto terminó de hablar, giró su cabeza en dirección del contrario, y cayó en cuenta de la verdadera intención de la frase.  Sin permitirles reaccionar a la situación, México volvió a tomar la palabra.

–Rusia, todo lo que hayas escuchado se queda en este lugar, ¿entendido?

–Pero... Eso significa

–Signifique lo signifique tiene que quedar aquí, estás salvado la vida de un ser inocente, y se lo debes a mi bebé

El ruso terminó asintiendo sin hacer mucho drama. Al momento de salir tomó a su amigo que seguía insistiendo desde la puerta, así fue como los dos se alejaron compartiendo el peso de aquella mentira.

Ahora la pareja estaba sola, con cada minuto que transcurría crecía la distancia entre ambos countrys.

–Deberías regresar con él -dijo sin quitarle la vista de encima- te ama

–No se vive de amor weon... No sé vive así...

–Él podría protegerte cuando yo muera, y no quiero que te sientas responsable por lo que me pase

–¡No, no y no! México, escucháte por favor, estás renunciando tan fácilmente a lo nuestro

–Debo admitir que tuvimos una linda amistad, y que lamento haberme acostado contigo aquella vez... Sé que lo hiciste por compromiso

–Esta bien, haz lo quieras -habló con desprecio mientras regresaba a la puerta- muérete pronto

Un puertazo resonó por la habitación, avisándole que se encontraba nuevamente solo.

–Claro, es la única petición que podré cumplirte... y es la única con la que podré hacerte feliz

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Quedó algo corto el capítulo, pero me parece lo sufiente por hoy, ya casi acaba el libro... Gracias por acompañarme en esta ruta alternativa de la trama principal ❤️

Una segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora