Reencarnada como Ryofu Housen en High School DxD

CAPÍTULO 1. MUERTE Y RESURRECCIÓN.

Hola, aquí Yue con un nuevo fanfic. Como sabrán, High School DxD no me pertenece, salvo alguna que otra parte de la trama.

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Negro. Así lo veía todo. Sabía que estaba muerta, pero... ¿Cómo llegué a ésta situación? Fue algo gracioso. Me dirigía a clases, intentando evitar que la gente me viera o empezarían a burlarse de mi nombre. Me llamo Adicta, no es un mal nombre si no fuera porque mi padre se apellida De la Polla y mi madre; Sorda. ¡El chiste se cuenta solo! Me voy por las ramas, me encontraba escuchando el opening de Ikkitousen cuando escuché una bocina. Un camión tráiler me atropelló. ¿Morí de éso? No. Después del golpe, salí volando, aunque unos señores que estaban de mudanza sacaban un colchón. Reboté en el mismo y volví hacia mi posición inicial, atravesé un semáforo que cayó sobre unos ladrones que acababan de robar un banco. Tuve mala suerte de caer junto al único ladrón que no estaba inconsciente, y además... El único armado. Un tiro en la cabeza y aquí estoy. Al menos no morí de cliché, gracias a tren-kun o camión-chan.

Una tos que, claramente ocultaba una risa se escuchó y antes de darme cuenta estaba en una especie de recepción de oficina y una mujer con alas en la espalda me miraba aguantando una risa. Volvió a toser y ahora con rostro serio habló.

-Señorita Adicta De la Polla Sorda, Dios la espera en el último piso. Ascensor de la derecha, el que tiene el cartel de personal autorizado.

Con un asentimiento de cabeza, me dirigí hacia el mismo. Una vez en la última planta toqué la única puerta y tras un pase, entré. Frente a mí, un hombre canoso, y de piel negra. ¡Era Morgan Freeman! Esto es nuevo. Ni que fuera un fanfic de Wattpad, aunque bueno, nadie usa al pobre Morgan, por lo que encontrarlo aquí, ha sido una sorpresa. Con un gesto me indicó que me sentara y obedecí.

-Esto... Imagino que tendrá mucho trabajo, señor -hablé con algo de prisas, pues no quería que el hombre perdiera el tiempo.

-No te preocupes, estoy encargadome de varias cosas. Ventajas de la omnipresencia. -el hombre sonrió levemente, aunque cambió su semblante al momento- Aunque me entristece tenerte aquí 83 años antes de tiempo.

¿Eh? ¡Iba a vivir hasta los 100! ¿Y ahora qué? Estoy jodida.

-Por lo que, debido a un error por parte de uno de mis ayudantes, que está en pruebas...

-Es usted Dios... ¿Y requiere ayudantes? Curioso -pregunté con la ceja alzada.

Él sólo rió antes de contestar.

-A alguien tengo que dejarle el trabajo del séptimo día y cuando me voy de vacaciones. Pero volviendo al tema, he decidido ofrecerte reencarnar en un mundo de tu elección, además de darte unos deseos. No perderás tus recuerdos pero sí los sellaré hasta tus cinco años -mi rostro tuvo que ser de sorpresa absoluta, por lo que añadió- Sí, el multiverso existe.

Con eso dicho, ya sabía que pedir y estaría rota de por sí.

-Ok. Si éso es así, quiero reencarnar en High School DxD. Como primer deseo quiero reencarnar como Ryofu Housen de Ikkitousen, pero sin su enfermedad. Como segundo deseo quiero que mi Sacred Gear sea la Devoradora del Cielo. También me gustaría reencarnar en el mismo año que nació Issei, para estar lo más cerca posible de la trama. Cuarto deseo, no poder ser reencarnada a menos que yo lo decida, o esté muriendo, pues ya tengo mis planes hechos. Éso sería todo.

-De acuerdo. Colócate en el círculo y habremos acabado. ¡Disfruta de tu nueva vida!

Con éso dicho, obedecí, no sin antes agradecer por la oportunidad recibida. Entonces todo se volvió negro.

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Este es el primer capítulo de éste fanfic. No suelo hacer capítulos tan cortos como éste, pero este capítulo tomadlo como una introducción, total, la trama de Ryofu iniciará en el siguiente, por lo que la longitud del capítulo será la habitual en mis fanfics. Se despide Yue.