P.O.V Wayra
Por obra y gracia del destino, Ares se había salvado de la suspensión, consiguiendo un castigo simple; dos horas de detención al acabar el horario de clases.
Me encontraba caminando con la recién nombrada a mi derecha, y mi rubio amigo a mi izquierda, como si nuestra forma de caminar juntos estuviera escrita en un libro de reglamentos; casi siempre caminábamos igual. Observe a Aidan, este al notar mi mirada sobre el, poso sus ojos en mí y sonrió. Luego observe a Ares, y muy al contrario de Aid; ni siquiera noto mis ojos sobre ella, parecía estar perdida, el estrés que llevaba encima se notaba de lejos.
De pronto, todos mis sentidos se activaron, poniéndome a la defensiva; Kate venía caminando con tranquilidad hacia nosotros, sin embargo yo la sentía como una tranquilidad amenazante. Volví a observar al rubio, este parecía alarmado, sus ojos se enfocaron en la peliblanca, la cual al notar la presencia que se acercaba, se dio vuelta inmediatamente y partió con rapidez de allí. Aidan fabricó una mueca extraña en su rostro y partió tras la chica, sin pronunciar palabra alguna, y dejándome completamente desarmado ante el acecho de los felinos ojos de Kate.
—Hola Wayra,—Saludó la peli plateada cuando ya se encontraba a mi lado. Le sonreí con cierta felicidad, y no entendia el porque.—¿como estás?—Preguntó luego de unos segundos de estar observando mi persona. No quería aceptarlo, pero aún tenía efecto sobre mí.
—Hola Kate, he estado bien, ¿y tu?—Intente ser lo más educado que podía, pese a que los nervios no me dejaban pensar con claridad, y entendía el motivo, aun asi, en mis adentros no quería aceptarlo.
P.O.V Aiden
Después de buscar a mi amiga por más de diez minutos, por fin logré encontrarla. Se encontraba sentada en el suelo de la biblioteca, con un libro entre sus manos, sus ojos pretendían estar puestos con concentración en las letras escritas en aquel objeto, pero yo sabía que no era así.
Me acerque a ella en completo silencio, sin embargo como si hubiese sentido mi presencia en aquel siempre silencioso lugar, sus ojos se enfocaron con rapidez en mi. La observe por unos minutos, su mirada estaba caída, carente de su alegría ex-matutina. Verla siempre me había provocado un sentimiento de tristeza, de desgracia, dolor quizás.
—¿Que haces aqui Ares?—Cuestione cuando al fin las palabras circularon sin problema por mis labios. Ella por su lado, solo continuó con sus orbes fijas en mí, entendía ese gesto, siempre solía hacerlo cuando estaba dolida, y por suerte hacía tiempo había aprendido a leer los pensamientos que había tras esas dos hermosas orbes verdes.
—Solo necesitaba pensar—Añadió con una pequeña sonrisa que pareció más una mueca. Tal vez con la intención de tragarme su excusa por completo, aunque no era así. Sin embargo entendía sin problema que eso que ella tanto luchaba por ocultar, la estaba consumiendo viva.
—¿Algún día se lo dirás?—Ante mi pregunta, ella negó con lentitud, tomando su cabeza con su mano. No tardo nada en tomar impulso para levantarse con rapidez, y hacerme señas para que la siguiera.
Luego de caminar por unos segundos, acabamos sentados en la zona verde, en donde mi acompañante decidió sacar unos cigarrillos del bolsillo de su chaqueta, ofreciéndome uno y comenzando a encender el que tenía entre sus labios.
Ahí nos encontrábamos ambos, sentados en la zona verde, con un cigarrillo en nuestras bocas, corriendo el peligro de ser suspendidos, sabiendo que a ambos, eso nos importaba una mierda.
—¿Qué demonios?—Preguntó de la nada Ares, al observar su semblante note como su mirada estaba puesta en algún punto del lugar. Cuando logré al fin encontrar eso que ella tanto observaba, mi boca se abrió ligeramente. No sabía cómo sentirme, o mejor dicho, no sabía cómo se sentía mi amiga, el motivo de tanta sorpresa era simple; Wayra, Kate, beso.
P.O.V Wayra
No sabia como habia acabado asi, pero Kate me había engatusado de una manera sorprendente, rápida y precisa. No había tenido ni siquiera tiempo para evaluar mis acciones y palabras, ya que la peli plateada se me había lanzado sobre mí sin previo aviso. Me sentía estúpido, le había seguido el beso sin rechistar ni mostrar negación, algo de lo que realmente me arrepentía.
Cuando nos separamos, unas pisadas fuertes y rápidas se escucharon, obligándome a observar de quién se trataba. Ares caminaba hacia nosotros a paso rápido y casi endemoniado, tal y como solía hacerlo cuando estaba realmente fuera de sus casillas. Aidan venía detrás de ella, tambien a paso rápido pero a la vez tranquilo, pero su rostro no expresaba esa tranquilidad, parecía que sus ojos querían alertar del desastre que estaba por llegar.
P.O.V Aidan
Mi amiga parecía estar poseída por el mismísimo Satanás, sus ojos estaban cargados de ira y su cuerpo estaba completamente tenso. Cuando por fin llegó a la serpiente de cabello plateado, se plantó con potencia frente a ella, derramando peligro en cada una de sus acciones. Nunca había visto a Ares de esta forma, pero la entendía; Kate estuvo provocándole en todo momento desde que entramos en la zona verde, y había algo que la peliblanca no tenía; paciencia.
—Ares, ¿necesitas algo?—Preguntó la maldita perra con falsa inocencia. Observe a Wayra, haciéndole una seña para que se alejara de Kate, porque ahora no habría manera de detener a la peliblanca. —De seguro has venido por celos, ¿cierto?, estas tan celosa de que te lo haya quitado dos veces consecutivas, que no soportas ver el hecho de que siempre seré mejor que tú —Ante las palabras de la chica, observe a Wayra, este tenía una expresión confusa en el rostro, provocando que un suspiro se me escapará.
—¿Que cosas dices?—Preguntó el chico con una expresión extrañada en su rostro. La peli plateada observó a Ares con una sonrisa cínica en sus labios, provocando que mi amiga diera un paso adelante de forma amenazante en un intento fallido de que Kate no abriera su boca, porque esa sería la perdición de la peliblanca.
—¿No lo sabías?, hace más de cuatro años que tu supuesta amiga esta enamorada de ti, ¿o acaso miento Ares? —La expresión de mi amiga cambió radicalmente, una mirada asesina se situó en sus ojos, provocando que la peli plateada riera.
—¿Eso es cierto Ares?—Preguntó Wayra agregándole más leña al feroz fuego, sin embargo al no obtener respuesta de la ahora avergonzada de esta situación, su semblante cambió totalmente.
—¡Responde, maldición! —Ante el levantamiento de voz del chico, Ares asintió con lentitud, su mirada se dirigió a mí, noté el dolor y la ira en su mirada.
—Claro que es cierto; ella te ama, pobre fracasada: perdió a su familia, a sus amigos, y ahora a la persona que ama —Kate jugaba con fuego, creía poder controlar a la tormenta que estaba despertando, sin saber que está la acabaría a ella en un segundo. Cuando decidí acercarme a Ares, era muy tarde, se había abalanzado sobre la fastidiosa chica como si de una bestia se trátase, y entonces lo supe, Kate estaba acabada, pero no tanto como la peliblanca.
“Lo lamento tanto Ares, tu secreto salió a la luz, frente a la persona que no debía saberlo, pero no te preocupes, rompete, llora, grita, desgarrate el alma, aqui estare, esperando para sanarte de nuevo”
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Perdidos
Teen Fiction"-¿Y si lo que en verdad creemos que nos salva, solamente nos está perdiendo?-"