Both In the Room.

2K 224 58
                                    

— Jin, quiero... ¿puedo? –susurró cuando una de sus manos volvió a acariciar el torso de Seokjin y miraba hacia sus ojos con renovado deseo.

Asintió sin más que decir sintiendo como ambas manos le tocaban de las tetillas y masajeaban a su antojo. Tierno, luego rudo, lento luego brusco.

El calor de nuevo hizo que el cuerpo de Jin pudiera más contacto entre ellos y al parecer el chico de los tatuajes entendió a la perfección el lenguaje mudo en el cuerpo de su mayor.

Con prisa retiro la camiseta holgada negra de su torso dejando a la vista lo bien trabajado que estaba. Muchas veces, el staff y los chicos envidiaban la facilidad con la que el miembro más joven en BTS lograba ganar masa muscular y seguir su rigurosa rutina de ejercicios.

Para Seokjin era como una tentación prohibida cada vez que miraba secretamente a Jungkook hacer ejercicio cuando estaban en la empresa.

No podía evitar ponerse duro cada vez que él dejaba salir algún jadeo por el esfuerzo y su mente volaba a la imaginación a donde ambos compartían intimidad justo como ahora. Y la realidad distaba de la imaginación...

Volviendo a besarse chocando dientes y acariciando cada parte de piel expuesta, dejando salir gemidos, jadeos y gruñidos primitivos, fueron absorbidos por una bruma de placer apenas sintiendo cuando sus pantalones y ropa interior fueron esfumados en ambos dejandoles desnudos por completo sintiendo el roce de ambas erecciones al hacer fricción una sobre la otra.

Ambos gimieron por el roce de pieles.

Jungkook estuvo atento mirando el deshacer de Seokjin cada vez que fingía penetraciones con empujes suaves para con él.

A la vez llevaba su boca a cada rincón del cuerpo de Jin con el que se topaba. Cuello, labios, oídos, clavícula y esos apetecibles y adorables botones marrones a los que quería succionar hasta dejar al chico pidiendo que parara.

— Agh, Ju-Jungkook, no puedo, ya no... necesito... –una quemazón en su vientre le advertía del hecho que vendría a continuación, el otro hombre pudo sentir sentir escalofrío recorrer su cuerpo porque se separó de sus amadas y se alejó de Jin dejándolo perplejo a mitad del inicio del mejor orgasmo que haya tenido nunca– ¿Qué?

El chico bajo la cabeza hasta posicionarse con su miembro palpitante que apuntaba hacia arriba. Entendiendo lento, el mayor trato de alejarse de Jungkook pero había sido demasiado tarde. La lengua curiosa y caliente del maknae delineaba cada parte de su piel mirando hacia los ojos perdidos en placer de Seokjin. Sonrió travieso encerrando toda su boca en el miembro del otro sacando una gran maldición de su siempre correcto hyung.

— Me encanta verte perder el control Jin –paso la lengua por la hendidura goteando del chico y sonrió riendo– Y esto es solo el comienzo, mi amor.

Volvió a meter su boca al erecto pene ahuecando las mejillas para succionar con fuerza y en movimientos rápidos aquel pedazo de carne.

Seokjin se aferraba con una mano a las sábanas de la cama y con la otra a los cabellos largos de Jungkook, estaba recibiendo la mejor jodida mamada de la historia y era un pecado que le gustará tanto. Su cabeza se hizo hacia atrás cuan lobo aullando y lágrimas florecían de sus ojos por el placer que sentía al avecinarse su orgasmo.

Le asustó y Jungkook lo sintió, pero ya era demasiado tarde para advertir.

Pego más sus caderas a la cara de Jungkook mientras liberaba todo de él dentro de esa sucia boca. Joder, cuan bien se sentía liberarse de esta forma en manos de quien amaba.

Terminando de correrse su respiración seguía tan a galope que tuvo que ser Jungkook quien hiciera el resto. Lo vio retirarse de su miembro y escupir un poco de semen en sus manos, le sonrió con los labios tan hinchados y paso su lengua por ellos degustando el sabor y tragando lo que aún permanecía en su boca.

dope box; ggukjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora