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Pasaron 2 años después de la muerte de los caballeros dorados, ya no había casi nadie que cuidara de athena, solamente 5 caballeros de bronce. El santuario era muy silencioso y lo único que se escuchaba aveces era brisa y nada más. Debían admitirlo, todos extrañaban a los caballeros dorados, ¿y como no? Si luego de la batalla de las doce casas, aunque alguno de sus compañeros murieran almenos se escuchaban risas por las casas de los santos aún vivos. Pero ahora no había nadie, el lugar parecía abandonado y sin vida.

A Athena no le gustaba el lugar, seguido quería irse de allí e irse a la mansión por qué ya no sentía la armonía que tenía antes, y eso la incomodaba, para su mala suerte no podía dejar el santuario. Almenos cuando aún sus caballeros estaban vivos, ella era feliz, la hacían reír aveces, o charlaban como si se conocieran de toda la vida, obviamente aún dentro de lo que es respeto.

Athena los extrañaba y bastante, ademas no le encontró sentido que sus caballeros solo la lo dieran proteger unos años y tener que esperar casi 200 años para que los nuevos caballeros nazcan. Por lo que ella había tomado una decisión. Iría a revivir a sus caballeros, no importaba el costo, ella lo haría y no solo por la protección de ella, si no también del mundo.

Ella exigió ver a su padre Zeus, quien quizás podría compadecerse de sus caballeros y darles otra oportunidad. Y así fue, tardo unos meses pero finalmente acepto, Saori pudo sacar las palabras correctas para lograrlo, para su sorpresa su padre no le pidió nada a cambio para revivir a los de oro. Era aún mejor.

Zeus había programado una fecha para que ocurriese el "milagro". Tal cual como dijo, tal cual fue. Una noche de luna llena, a las 00:00 horas, comenzaron a resurgir. Vestidos de tunicas blancas, y con sus armaduras al lado de ellos. Ese día, o mejor dicho noche, fue el mejor que vivió el santuario. Los 13 caballeros dorados (si 13 por qué incluyeron a shion) estaban reunidos nuevamente con vida.

Aún no se presentaban peligros. Eso era bueno. Para ese entonses había pasado una semana desde que los dorados revivieron. Todos volvieron a su antigua vida que llevaban en el santuario, hubieron reconciliaciones, reencuentros, nuevas amistades, y nuevos amores... Entre ellos Milo y Camus, si, ellos eran los que se habían reconciliado.

No tuvieron tiempo para hacerlo en su anterior vida, pues durante la batalla contra Hades y su estancia en Asgard, tenían el tiempo contado, además luego de lo que pasó con Surt la pareja se había distanciado. Pero ahora, que todo estaba tranquilo, pudieron hablar, dejaron en claro lo que verdaderamente paso y lo aceptaron para volver a ser la pareja que eran antes, o eso creían.

Todos estuvieron tranquilos durante un año, era sorprendente saber que durante un año no paso nada lo suficientemente grave por el que preocuparse. Ambos estaban durmiendo en las casa de acuario. Era de tarde. Luego de el entrenamiento, Que podía ser mejor que un baño caliente para relajar los músculos, y luego una buena siesta. En fin, camus abrió los ojos percatando se de que estaba dormido en el pecho de Milo, el había remplazado su almohada por su amante, "es que es muy cómodo" acostumbraba decir cada que se lo preguntaban, ¿Y como no? Si el muy desgraciado era musculoso después de aioria, servía perfecto de almohada.

Camus: Milo, es hora de despertar

Intento despertarlo, pero nada, era de noche y tenían una reunión con el patriarca, camus había despertado 2 horas antes de la reunión, quiso jugarle una broma a su novio por qué lo atraso 2 horas el reloj y siguió durmiendo por una hora más. El pobre bicho si que se asustaría demasiado por llegar una hora tarde.

Milo despertó una hora después, se percató que era de noche y miro el reloj. Su susto comenzó cuando noto que estaba llegando una hora tarde, y peor era por qué camus también estaba dormido. Inmediatamente lo despertó agitandolo para que despertara, un vez que su amado despertó comenzó a cambiarse y arreglarse para ir un poco presentable, pero veía a camus arreglarse con mucha calma, solo consiguió alarmarlo más.

Milo: ¡Camus vamos rápido, el patriarca se enojara con nosotros y nos castigará!

Decía alarmado por la tranquilidad de camus que no pensó en que quizásmente era una broma, camus solo para calmarlo más le siguió rápido y una ves que estaba listo comenzó a salir de su templo. Milo salió literalmente corriendo, por lo que llegó primero a la sala del patriarca donde se encontraba Shion.

Milo: lamento el retraso patriarca, juro que no volverá a pasar, no nos castigue por favor.

Hablo demasiado rápido que casi no se le entendía, el pobre de Milo no se tomó el tiempo de observar, por qué ninguno de sus compañeros estaba allí aún. Tranquilamente Camus entro caminando con los brazos cruzados, su broma había salido a la perfección. Al parecer el patriarca se dio cuenta de lo que sucedía, comenzó a reírse levemente, Milo aún no entendía nada.

Shion: jamás creí que tendrías sentido del humor camus.

Camus: sorpresas de la vida quizás

Milo: ¿Que?

Shion: Milo, por si aún no te percatarse falta una hora, por eso tus compañeros no están aquí todavía.

Miro a su alrededor y efectivamente, nadie más que el, camus y el patriarca estaban allí. Se desplomó en el suelo cansado pero a la vez relajado, fue uno de sus mayores sustos de la vida. ¿Pero había escuchado bien? ¿Por qué mencionó a camus?, Analizando un poco las palabras del patriarca, se dio cuenta de que le habían jugado una broma, y de quién menos se lo esperaba. Almenos se alegraba de que era camus y no otro de sus compañeros, caso contrario lo hubiera golpeado.

Milo: camus... Jajajaj que malo, ahora tendremos que esperar casi una hora

Shion: hasta luego

Se despidió de la pareja que ya estaba saliendo, cómo era de noche y el cielo estaba despejado aprovecharon el momento para ver las estrellas. ambos se acostaron el el pasto observando las estrellas, camus agarró la mano de Milo y este correspondió a su agarre.

Milo: Camus, no sabes lo feliz que me haces, perdoname por odiarte antes, no me ponía en tus zapatos y me deje cegar por el enojo.

Camus: no Milo, tu perdoname a mí, yo fui el que no pensó en ti ni en tus sentimientos.

Milo: jm... Los 2 tenemos algo que perdonar

Camus: si Milo.

El peli turquesa se acercó a Milo y como siempre recostó su cabeza en el pecho de su amado. Antes de habían quitado las armaduras y quedaron en sus ropas normales. Para ese entonses el caballero de acuario había cambiado demasiado en cuanto a su forma de ser, pues paso de ser el frío e intimidante caballero de los hielos a ser el cálido camus que Milo conocía. Acaricio un poco los cabellos de camus pero este no se movía, aunque respiraba.

Milo: ¿camus? ¡Oye no te duermas!

Camus se reía en voz baja, si que amaba a su bicho con locura, lo hacía reír con sus bobadas a cada nada y pasaban el tiempo juntos, aveces leyendo u otras veces en las casas de escorpio o acuario durmiendo. Al parecer eso de los contrarios se atraen que leyó en la libros románticos era cierto.

¿Por que me dejaste solo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora