Capítulo Cuatro

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Capítulo cuatro...

Los temblores del cuerpo entero del menor eran intensos, teniendo espasmos en cada parte de su cuerpo, ahora estando muy sensible.

Su pene seguía enjaulado y apretado por el dispositivo de castidad, haciendo que se sienta abrumado al estar tan cerca pero tan lejos de su ansiado orgasmo.

Y el dios del cielo siguió torturando el mismo, jugando con la jaula hacia varios lados y empujando la barra metalica en el agujero rojizo e hinchado. Eso debía ser muy doloroso para el demonio, pero eso seguramente le gustaba.

—Te gusta ser tratado como un objeto ¿No?—preguntó el dios del cielo, tomando fuertemente la garganta del menor con ambas manos—Pero todo objeto debe tener marca de dueño, yo te daré una.

Lo miró con lujuria antes de tomar la cuchilla en sus manos para hacerle unas bonitas marcas en la piel a su novio, dejarle claro que era suyo y no necesitaba ni un estúpido sumiso.

—Mírame Jisung, mira quien es tu dueño. —ordenó el pelinegro, soltando un fuerte gruñido sobre su rostro.

Jisung sumisamente abrió su boca, esperando recibir lo que siempre quería.

Una fuerte bofetada llegó a su rostro antes de que una cantidad de saliva cayera por su boca—Jodido sucio, te gusta que te escupa y te llene de mis fluidos ¿Hm? Tan sumiso y una puta para mi, solo para mi.

—Solo para ti, papi, solo para ti. —respondió el diablo entre gemidos, dejando salir unas saladas gotas de sus fanales debido al dolor y excitación que su cuerpo estaba experimentando en esos momentos.

Un azote nuevo llegó a su muslo interior derecho, haciendolo callar—Cállate puta, ahora vas a ser un buen chico y me vas a montar con tu jaula ¿Hm?

El chico de rizos rubios asintió rápidamente, sintiendo sus alas dormidas por estar inmóviles por un buen rato. Pero sin protestar iba a montar a su amo como él lo quería, se excitó aún más al verlo tomar el cigarro que estaba a su lado.

Su pene palpitó en la jaula, pero tenía que recordar que su dominante no le había permitido correrse aún así que esperaría como un buen chico.

Sin esperar más tiempo con ayuda del pelinegro se sentó a horcajadas de él, para facilitar la penetración y el brincar sobre los muslos del dios del cielo.

Podía sentir como el pelinegro estaba duro, su pene palpitaba de igual manera. Ansioso por llenar ese agujero vacío del demonio, quedar dentro de él.

Tomó sus caderas con ambas manos para no dejarlo caer, asegurandolo contra su cadera para sostenerse. Y tenían el castigo, por lo que no usarían lubricante. Ambos estaban suficientemente desesperados como para detenerse por el lubricante, necesitaban sentirse profundo en el otro. Tenerse por completo, ellos sólos ¿No?

—Sin preparación. —advirtió el de cabellos negros con voz ronca, empujando al demonio sobre su pene duro y palpitante.

Éste se penetró fuertemente con ayuda del mayor, sintiendo como ardía su interior al no tener la preparación suficiente para tenerlo dentro. Pero le encantaba; sentir el ardor en su canal, apretandose fuertemente alrededor de la polla del dios, sintiéndose en la puta gloria.

Comenzó a brincar con rapidez sobre el ojimarrón, deleitandose con los gemidos que éste dejaba escapar de vez en cuando al igual que los jadeos, sus saltos creando un sonido sordo por el choque de pieles.

Jisung estaba en el infierno pero podía jurar que follar con Minho era lo más caliente del mundo.

El de cabello negro soltó las caderas bronceadas del demonio para tomar el cigarro entre sus dedos, prendiendole fuego al mismo antes de llevarlo a sus labios.

Tomando y expulsando el humo, llenando la habitación con el mismo. Pero la diversión no terminaba ahí.

—Llama a tus demonios. —exigió el castaño sin dejar de embestir fuertemente el cuerpo ahora débil del demonio.

Éste lo miró incrédulo.

—Que lo hagas, es una orden. —repitió con voz ronca, empujando sus caderas con más fuerza—Muévete, llama a tus súbditos ¿Hm? Estoy seguro que estarán felices de verte.

En ese momento sabe que no es una broma, están en una sesión y todas las órdenes dadas son en serio.

Jisung suelta un suspiro y un gemido, sintiendo como con cada embestida su próstata es encontrada. Tarda unos segundos en procesar la información antes de chasquear sus dedos y enviar una orden a todos sus demonios para que corran hacia él, cuando sucede es algo muy importante y ninguno se digna en desobedecer.

—Quiero que me veas a mi en todo momento, no se te ocurra mirar a alguien más. —advirtió el pelinegro con posesión, tirando al menor de espaldas contra el colchón para hacer un misionero.

En poco tiempo se escucha como alrededor de quince demonios -los más importantes del infierno- están en la habitación, quedándose estáticos al ver algo que jamás imaginaron.

Jisung, el rey del inframundo siendo follado con fuerza por el dios del cielo, con las alas atadas, una jaula de pene y completamente sumiso.

—Jisung, mira... todos tus súbditos están aquí para ti. —murmuró el pelinegro con voz ronca, sin voltear a ver a los demonios—Y ustedes, no quiero que se vayan hasta que yo lo ordene. Quiero que vean como a esta putita le gusta que lo follen con fuerza, que es un sumiso perfecto que ama ser dominado. Solo siendo un muñequito para mi, solo para mi. —gruñó las últimas palabras con posesividad.

Nadie dijo nada, solo observaron como su rey era jodido sobre el colchón, como ese ser tan despiadado podía ser tan sumiso y dócil para el dios.

Luego de lo que parecen ser horas para los demonios, el pelinegro vuelve a alzar la voz.

—Ahora cada uno de ustedes se irá en silencio. —ordenó con la voz tensa por la excitación, sin dejar de empujar fuertemente contra el de ojos rojizos.

Cuando siente el orgasmo demasiado cerca, toma rápidamente la jaula de pene para quitarla antes de llegar a la mejor parte.

Lo masajeó con ambas manos, logrando que se ponga más duro.

—Anda amor, correte para mi. —susurró hacia el demonio, soltando el miembro rojizo e hinchado sobre el estómago del contrario.

El demonio se corrió sobre su abdomen en largas tiras de semen, manchando su pecho y barbilla.

Mientras se corría sobre su cuerpo, se apretó deliciosamente alrededor de la polla del dios.

—Tan apretado, solo mío. —gruñó el ojimarrón contra las clavículas de Jisung, mordiendo fuertemente entre su cuello y cabeza.

Al momento que muerde con fuerza, succiona la sangre que comienza a brotar de la zona.

También se corre dentro del rubio, empujando por unos segundos más.

Jisung jadeó por el grosor dentro de él, algo perdido del orgasmo logró susurrar—A veces olvido que en otros mundos eres alfa. —dijo en voz baja, haciendo una mueca de dolor.

Puede sentir como el nudo del pelinegro se expande en su interior, haciéndolo sentir lleno.

—Pues tú no eres omega en todos los mundos, pero siempre eres el que recibe. —respondió en tono de burla, quedándose quieto para no lastimarlo con su nudo.

Y así se quedaron un buen rato hasta que el nudo bajó y pudieron limpiarse, también acurrucarse.

FIN.






Nota del adaptador:
Ay! No me acordaba de lo que pasaba y mientras lo corregía me moría de la vergüenza jajaja, en fin corazones, espero les halla gustado mucho esta adaptación al minsung, me costo mucho terminarla dado que no había sido una buena época pero por fin lo terminé 💓

Demon take your innocence, angel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora