ᴛᴇɴ ʏᴇᴀʀꜱ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ

00

Él supo que jamás tendría una oportunidad, así que, fue por eso que nunca dijo nada. Tenía miedo de alejarlo, y lo único que quería era pasar más tiempo a su lado, fue por eso que calló sus sentimientos, a pesar de que su corazón se ahogaba por dentro.

"Min Yoongi, incluso en mi otra vida volvería a enamorarme de ti"

Para cuando leyó eso, supo que era demasiado tarde.

ᴛ ᴇ ɴ   ʏ ᴇ ᴀ ʀ ꜱ

—Me casaré.

Jimin despegó la mirada del televisor, mirando con temor a su mejor amigo, quien había soltado aquellas palabras de golpe.

—¿Qué? —preguntó, casi rogando porque aquella fuera una mala broma de su parte.

—So Hyun y yo nos cansaremos este mes.

—¿Por qué yo no sabía que ella era tu novia? —reclamó, sin saber cómo sentirse ante aquello, sin encontrar una manera para disimular el dolor que se albergaba en su corazón.

—No éramos algo oficial —confesó, encogiéndose de hombros—, pero nos amamos lo suficiente como para saber que queremos casarnos.

El rostro de Jimin era un completo dilema, cualquiera que lo viera no sabría lo que pasaba por su cabeza en ese momento.

Ni siquiera Min Yoongi hubiese podido imaginarlo.

—¿Tú... la amas? —preguntó, analizando la reacción de Min, quien simplemente asintió con la cabeza.

Por favor, no lo digas...

—La amo —dijo, provocando de manera involuntaria un fuerte dolor en el corazón contrario.

Jimin asintió, mordiendo su labio inferior. No sabiendo como reaccionar, ni como controlar las lágrimas que pronto amenazaban con salir de sus ojos.

—Luego... nos iremos a Seúl.

Jimin no dijo más, y simplemente miró hacia el suelo.

Por favor, no...

—Te deseo lo mejor —sonrió, mirándolo con completa paz. Min lo observó, aguantando la respiración—. Sé que serás muy feliz a su lado —confesó, a pesar de que su corazón sabía que él no podría serlo si Yoongi se iba.

Porque el simple hecho de enterarse que estaba a punto de casarse, le rompió el corazón.

Aquel que sin tener la culpa había sufrido las consecuencias, aquel que aún latía contra su propia voluntad por alguien que no era capaz de escucharlo.

—Gracias —dijo, con una sonrisa de alivio al ver que su mejor amigo comprendía su decisión.

Sin siquiera imaginarse de lo que Jimin sentía en esos momentos.

•••

El tiempo había pasado, y parecía que estaba en su contra, pues había transcurrido ya una semana desde que el amor de su vida le había confesado que iba a casarse.

A pesar de que había intentado darse a la idea desde antes, nunca imaginó que le dolería tanto, ni mucho menos que sería tan pronto, o tal vez no tanto, pues ambos se habían graduado hacia ya cuatro años de sus carreras universitarias.

Y desde entonces había trabajado en una empresa, en la cual, era la mano derecha de Min, quien no hacia mucho había tomado el puesto de su tío.

—Renuncio —soltó, dejando unos archivos sobre el gran escritorio del mayor.