KITTY

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Jimin se retorcía bajo las sabanas blancas aquel domingo por la mañana.

 Gimoteaba bajito, para no despertar a su amo y que este descubra lo que el minino estaba haciendo tan temprano. 

Y es que no era culpa del rubio tener que pasar por aquellas situaciones. El no lo elegía. 

Eran exactamente las 6:47 de la mañana cuando Jimin se corrió sobre su abdomen, con las mejillas sonrojadas y los dedos aún tocando su próstata. A los segundos de haber regulado su respiración, el rubio comenzó a cerrar los ojos.

 Y Jimin se hubiera quedado dormido, pero un delicioso olor llenó su olfato súper desarrollado. 

El peli rubio sabía de memoria quien era el sujeto que tocaba su ventana a esas horas de la mañana. 

Por que sólo a Jungkook se le ocurre llegar en los momentos más inoportunos.

 — diablos... — susurró Jimin.

Con el torso aún manchando por el viscoso líquido el minino corrió hacia el baño más cercano a lavarse, y tal vez a esconderse también. 

Demoró alrededor de 23 minutos en bañarse, y es que Jimin lo hacía a propósito. 

Jungkook  es el molestoso gato del vecino, con su ropa impecable, zapatos lustrados y cola bien Peinada.

 Desde que Jimin llegó junto con su amo a los departamentos, el minino de cabellos negros le puso el ojo de inmediato al peli rubio, quedó fascinado por el menor. 

Lástima que el sentimiento no sea mutuo, por que a Jimin no le gustaban los gatos gruñones, narcisistas y enojones. Y justamente aquello definía por completo al gato pelinegro.

 Ya lavado y con ropa limpia puesta, Jimin se dirigió a su habitación, orando por que el mayor se haya marchado. 

 Pero Jungkook podría ser gruñón, podría ser narcisista, hasta enojón, pero sobre todo, Jungkook era alguien muy persistente. 

Y allí estaba el nombrado, sentado en el balcón de su menor, mirando fijamente la ventana, esperando que esta fuera abierta. 

 — Jimin, ábrele a tu gato favorito.

_ ¡No eres mi favorito! 

_ Sólo ábreme. 

Y Jimin sabía que Jungkook no se iría hasta que le abriese.

 Resoplando, se dirigió al balcón, abriendo la ventana de golpe y así encontrándose con un Jungkook reluciente. 

 —Ahora vete. 

 —Pero si esto recién empieza. 

 —¿Eh? 

 Jungkook se abalanzó sobre el menor, cayendo así ambos sobre el suelo en un ruido sordo. 

 —¡Quítate de encima! 

 —Déjame follarte. 

 —¡No!. 

 —Déjame amarte. 

 —¡Mucho menos!. 

 Jungkook sin darse por vencido atacó los labios del minino contrario, un toque cálido, húmedo y muy pasajero. 

 —¡Jungkook! ¡Aléjate de Jimin! 

 Y allí estaba el humano que más odia Jungkook en el mundo, Jung Hoseok, el amo de su gatito. 

 —¡Amo!.— Jimin corrió despavorido a los brazos del menor, enredando sus piernas en la cintura del humano. 

 —Es la cuarta vez que te lo digo Jungkook, Jimin está en celo y puede quedar embarazado. 

HEY, KITTY! ☆ (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora