Fue toda su culpa por darle su amor y su confianza... simplemente no creyó que la traición de su promesa le causaría tanto dolor.
🔹Giyuu demonio
🔹 Shipp principal Rengoku y hay otros secundarios.
🔹Está historia es de mi total autoridad, prohibida...
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— Ya te tienes que ir, Shinkai — Douma parecía descepcionado por la idea de que su amante se alejara de él, el demonio enfrente de él, tenía marcas azules como si fueran agua alrededor de su cuerpo, una piel tersa y suave, un cabello azabache rebelde y ojos azules.
La mirada aburrida de sus ojos no demostraban ningún sentimiento, pero su presencia provocaba una melancolía al lugar.
— Me tengo que ir — fue directo y cortante con sus palabras, odiaba cuando se tenía que quedar más tiempo hablando con la luna superior número dos, era solo una ofensa a él mismo si se quedaba más tiempo en ese lugar.
Ver cómo Douma engaña a esa gente para que se uniera a su secta pero que en realidad es un matadero, preferiría arrancarse los ojos antes de ver a una de esas estúpidas personas y al dueño del lugar.
— Porque me tienes que hablar tan cortante después de la acalorada noche de pasión ayer — Douma siempre miraba el lado romántico de la situación, aún no hay ninguna. Solo era una noche de sexo y ya, no tiene que ponerle sentimientos al asunto porque no hay, él solo buscaba desestresarse y también estaba aburrido, una cosa llevo a la otra.
— Me tengo que ir — ya le dolía la cabeza y su visión se nublaba, si se quedaba más tiempo, Douma al final no lo dejaría ir y lo tomaría nuevamente en esa habitación.
Aunque lo que él no comprendía era el porque de sus dolores de cabeza constantes, cada vez eran más fuertes.
Tomo su katana para atarla a su cinturón y salió de la habitación por la ventana. Escucho las quejas de Douma pero le dio igual, puede que sea la segunda luna superior, pero no le debía respetó.
La noche era fría, la luna brillante y la nieve caía con un dulce baile hasta el suelo, sentía el aire helado golpear su piel.
Su vista comenzó a nublarse, se sujeto fuertemente a un árbol, sus piernas fallaban y cayó al suelo sujetándose fuertemente la cabeza, le dolía, le dolía demasiado, sentía como si su cerebro fuera a explotar.
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— Eres una de las personas más fuertes que conozco.
Él solo negó con la cabeza.
— No soy alguien muy fuerte, solo soy un estorbo de espacio — él sabía muy bien que no tendría que estar respirando, lo hacía recordar a su amigo caído en batalla y pensar que él no logro evitar ese suceso.
