La fiesta continúa, al menos eso dijo Peyton cuando la policía se marchó. Que el tío Simón este custodiando la puerta ayuda mucho,espanto a esos vejestorios de una.Llevo el vaso a mis labios disfrutando el dulce sabor de mi jugo de fresa. Estoy aquí por culpa de Owen, a el le gusta este ambiente, además de Peyton que cuando se lo propone deja de ser mi mejor amiga y pasa a ser el ser más irritante del mundo.
Bueno... mejor amiga. Si Amelie me escucha corre de Rusia a Londres con su león . No es mi culpa que Peyton este siempre a mi lado en las buenas y en las malas, no es que mi prima no lo esté, pero vive a miles de kilómetros, se hace difícil la comunicación. Videollamada resulta aburrido.
—Aquí tenemos a la señorita tormenta —Aby llega de la mano de su novio.
El tipo me mira desde arriba, no me cae bien, demasiado blandengue para ella. Me toca herguir la espalda para que note que puedo llegar a su altura sin ninguna necesidad.
—Milenka, deja de amedrentar a las personas. Así nunca harás amigos—los reclamos de Jake me valen dos clítoris de jamón.
—Para que quiero amigos, si puedo torturar— aplasto el recipiente vacío y lo tiro en su cara.
—No parece que tengas dieciséis, algo va mal en ti—Aby bromea para luego marcharse.
Algo mal en mí
Eso pienso yo. No puede ser que haga lo que haga. Intente lo que intente,nunca, pero nunca lograré ser perfecta. Owen ni siquiera se esfuerza y ya tiene a todos comiendo de su palma, todos se arrodillan ante él como si fuese el amo sin siquiera pedirlo. Sin embargo, a mi me toman como a la princesita de papá, la niña consentida del abuelo.
¡No!
No lo soy, desde que tengo uso y razón de mi conciencia no he dejado de ir ni un día a la milicia. Soy la primera en la clase, mis calificaciones son envidiables, aún así, no soy suficiente para él. Nunca voy a ser su primera opción.
Milenka sólo aparenta. Owen hace.
Amo a mi hermano, no quiero sonar como una tonta niñata egoísta y envidiosa, quiero lo mejor para él así como se que él lo quiere para mí, pero me es inevitable no querer el poder que Owen sostiene.
El poder de infundir el miedo con sólo una mirada.
A mi solo me miran las tetas o el culo. Y digo, que bien que tengo atributos tan bien vistos pero a la hora de la verdad sólo eso importa. Lo bella que soy.
Mamá prefiere hacerme ver que soy igual de valiosa que mi hermano, ella nos ama por sobre todas las cosas. Pero con Christopher no es igual. Si manera retorcida de decirme que le importó es poner una alarma a las tres de la mañana mientras me lanza un balde de hielo.
Al menos eso dijo el abuelo Alex.
—¿Que dice mi gemela favorita?
El insoportable engendro de la naturaleza totalmente alcoholizado de Owen se apareció enfrente de mi persona justo cuando me dispuse a salir.
—Primero, no soy tu gemela, soy tu melliza. Segundo, no me hables tan cerca porque apestas.
—¿Y tercero?
—Tercero, o tomas un baño o conocerás la furia de Rachel James—advierto.
—Ella no me haría nada—se mofa
—A ti no. Pero a ellos si—le señaló la fiesta.
Mi madre puede llegar a ser un poco sobreprotectora con sus bebés. En especial con el engendro.
—Tranquila tormenta. Sólo te buscaba para regresar a casa. Como se que eres tan aburrida que no bebes, pues podríamos irnos a la casa antes de que ya sabes quién, haga ya sabes que—intenta abrir y cerrar los ojos para indicarme lo que puede pasar.
—Ya claro, ahora tengo que actuar de niñera.
—¿Vas a dejar que tu pobre y lindo clon se marche a estas horas de la noche totalmente ebrio, conduciendo por las calles de Londres sin licencia, a expensas de que una banda de narcotraficantes chinas calientes lo violen y asesinen cruelmente?
Su nivel de paranoia no me sorprendía,en lo absoluto.
—No es mi problema.
Camino un poco más lejos de allí. Esquivo al tío Simón ,quiere dejarme un rato más en la fiesta y yo sólo quiero acostarme a dormir.
Tomo las llaves del coche que me autopreste de mi padre. El McLaren está un poco viejo,lo cual lo hace aún más hermoso.
—¿No pensabas dejarme cierto?— mi hermano se encuentra sentado en la parte trasera del auto.
Es como un grano en el culo. Literal, es la persona más irritante luego de Kaleth. Sí, mis hermanos son una pesadilla.
—Da igual, al final siempre te escabulles.
—De algo me tiene que servir tanta estrategia ¿no crees?
Sus ojos titilan algo apagados. Es obvio que en cualquier momento se dormirá ,me tocará a mi nuevamente llevarlo a su habitación para que no nos descubran.
Conduzco respetando las debidas señales de tránsito. El abuelo Rick me enseñó a tener mis seis sentidos en la vía. Para el son cinco pero anja, todos sabes que los Morgan somos superiores. Ahora, imagínense unidos a la perfección de los James. Si, lo que yo digo, supremacía.
Llegamos a la mansión de la bisabuela , con un poco de trabajo y algunas palabrotas de por medio dejo al cuerpo moribundo de mi querido engendro. Salgo de la habitación con otra medallita colgada en el pecho cuando los ojos grises de mi padre me acorralan a mitad del pasillo.
—Tú y yo tenemos muchas cosas de las que hablar.
Su voz a pesar de la oscuridad y la lejanía llegó a mi como un relámpago.
—Tal vez mañana. Ahora prefiero acostarme y librarme de la resaca.
Doy media vuelta esperanzada de que me deje en paz. Lo conozco.
—Milenka Morgan James, me has desobedecido por quinta vez en la semana, nada bueno te espera lo sabes.
—Christopher Morgan Hearts, tus amenazas sin fundamentos poco me importan. Si quieres hablamos mañana, hoy señor ministro, no estoy para ti.
Camino a mi habitación pero su grito me paralizó al intentar hablar.
—Un paso más y ni tú madre te salva del campamento .
Sonrío aburrida de la misma cantaleta.
—Creo que va siendo hora de que empaque las maletas.
Avanzó a mi alcoba mientras cierto de un portazo. Esta vez algo me dice que todo será diferente. La forma en la que entró a mi habitación seguido de Rachel me lo confirmó....
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Continuará
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Fanfics de Pecados Placenteros
FanfictionAquí subiré pequeños relatos escritos por mí, ( obra de mi imaginación) sobre la trilogía de Eva Muñoz, los libros Lascivia, Lujuria y Deseo. A veces mi cabeza sueña de más y le da por escribir o imaginar un mundo en el que todos son felices.