Capítulo 11

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Wei Wuxian miró a su alrededor, una capa de sudor cubría su frente y con un suspiro complacido, se sentó en una de las sillas. Había hecho una limpieza profunda el día de hoy en la panadería, no quedó ni un rincón sin atender. Él y Wen Ning realmente trabajaron de manera ardua.

La interrogante de qué sucedería a fin de cuentas con su panadería aún rondaba por su cabeza. No había tomado aún una decisión absoluta con la misma.

Primero que todo, cerrar su panadería por la cual había trabajado tan duro y sudado sangre por tener era cómo dar mil pasos hacia atrás. Le partía el corazón la idea de tener que renunciar a ella así, de la noche a la mañana. Pero, ¿qué otra opción tenía? No podía manejarla desde Shanghai.

La idea ahora lo estaba haciendo sentir sentimental. Pero al final del día, hay que hacer sacrificios para obtener lo que uno quiere. Y si se ponía a analizar la situación desde un punto de vista más racional, era muy claro que aunque cerrara la panadería no tenía nada que perder en la parte monetaria.

Su pueblo era pequeño, no siempre vendía mucho. Por consiguiente, el dinero a veces no era suficiente para cubrir todos los gastos que tenía.

Ahora, la suma de dinero que recibiría de la empresa de los Lan al realizar el trabajo era muy generosa. Se atrevía a decir que era lo que ganaba en unos cuantos meses.

Entonces, ¿por qué se estaba ahogando en un vaso de agua? Tenía que soltarse de sus inseguridades, dejarlas atrás; y seguir avanzando ahora que aún estaba a tiempo.

Tras una mirada rápida al reloj, se percató de que ya era hora de ir cerrando. No había vendido mucho, lo cual era sin lugar a dudas una gran pérdida para su bolsillo.

—Bueno, los cambios siempre vienen. Si cierro la panadería, se acabó el estrés de despertarme temprano cada día —Se dijo a sí mismo en voz alta. Siempre le resultaba más sencillo comprender sus pensamientos así—. Puedo dormir tarde sin arrepentimientos a la mañana siguiente y mejores cosas vendrán.

Wei Wuxian procedió a guardar en cajas los dulces que sobraron por el día para llevar a casa. Estaba seguro que sus hermanos... Ah. Una sonrisa ladeada curvó los labios del chico. Casi olvidaba que ya no están en el pueblo. Quizás podría llevarle algunos a Lan Wangji y su hermano. Probablemente Nie Mingjue esté con ellos allí ya que él y Lan Xichen son como uña y mugre.

Tras cerciorarse que todo estuviese cerrado, Wei Wuxian se encaminó hacia casa de los Lan. Esperaba no ser una molestia en caso de que los hombres estuvieran ocupados con cuestiones de negocios.

Pero eso estaba bien, al fin de cuentas, solo iría a dejarles los dulces y seguir su camino. Tenía que llegar a casa para por fin decidir quiénes serían sus ayudantes cuando vaya a Shanghai con Lan Wangji.

Aún le parecía difícil creer que en realidad él había aceptado todo esto. Dejar su vida para perseguir sus sueños, trabajar en lo que le apasionaba y vivir en la misma casa que Lan Wangji.

Le hubieran dicho a Wei Wuxian eso hace meses atrás, se hubiera caído de la risa.

Al cabo de unos minutos, había llegado a casa de los Lan. Con un poco de nerviosismo y sujetando bien las cajas llenas de dulces, tocó la puerta.

—¡Lan Zhan! Lan Zhan, ¿estás en casa? —Wei Wuxian llamó con un grito, golpeando su pie contra el suelo.

No habían pasado ni diez segundos cuando la puerta de entrada se abrió revelando a Lan Wangji. El hombre estaba vestido de negro, parecía un poco cansado. ¿Quizás no debió venir..? Sin embargo, su ceño se frunció cuando escuchó música proveniente del interior de la casa y... ¿voces.. cantando? ¿Qué estaba pasando en casa de los Lan?

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2022 ⏰

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Su primer amor. |wangxian| hiatusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora