Cap. 6

724 126 14
                                    

En cuanto Rokuta tomó asiento frente a la mesa Nezuko le extendió su plato de comida para luego sentarse junto a él y empezar a degustar sus alimentos.

—Nee-San, sabias que Onii-Chan tiene un compañero con cabello rubio y con un corte similar al mío. —comentó el niño con entusiasmo mientras comía logrando llamar la atención de la ojirosada.

—¿Un compañero? —preguntó algo consternada.

—Sí, su nombre es Zenitsu, esta haciendo la limpieza en el cuarto de Onii-Chan. —informó.

Nezuko se puso alerta en ese momento, esto era muy extraño, Tanjirō le habría avisado si tuviera algun compañero, se levantó de su asiento y le pidió a Rokuta que la esperara en el comedor mientras ella "iba al baño" al final del pasillo. El niño asintió y ella tomó un palo de amazar que estaba sobre la encimera sin que el pequeño se percatara y se encamino hasta el cuarto de Tanjirō.

Abrió la puerta lentamente y al entrar no vio a nadie, revisó dentro del armario y bajo la cama del burdeo para asegurarse, luego paso al otro cuarto y finalmente al baño, sin embargo no encontro al chico rubio del cual hablaba Rokuta. Decidió regresar junto al pequeño, el cual seguia comiendo alegremente su comida sin ninguna preocupación.

Se sentó de nuevo en su lugar e intentó actuar normal para no asustar al infante, debia de hablar con Tanjirō sobre esto.

Al terminar su almuerzo el pelinegro dijo que iria de regreso al cuarto a platicar un rato más con Zenitsu, Nezuko dijo que ella iria en cuanto terminara de lavar los trastes y el niño asintio y se fue.
La ojirosada se sentia algo intranquila, pero habia revisado todo el apartamento de manera minusiosa y no habia encontrado a nadie, solo Rokuta y ella se encontraban en el lugar.

Probablemente todo era solo una invención de su hermanito, pero de todas formas se apresuraria en realizar la limpieza para regresar junto al menor.



Rokuta saludó a Zenitsu al ingresar al cuarto y este le sonrió algo nervioso desde la cama.

—Rokuta-Chan no le has dicho nada de mí a tu hermana, ¿no? —preguntó mirando al niño con preocupación.

—Sí, ¿por qué? —interrogó con duda, ¿a caso no debia hacerlo?

Zenitsu queria gritar, pero no podia con el niño ahí observandolo, tomó una respiración profunda para controlarse, tenia que encontrar una solución a este pequeño problema.

—Escucha, me da vergüenza hablar con chicas lindas y tu hermana es muy bonita. —comentó, esa era una buena excusa —Así que me esconderé bajo la cama y tú le dirás que ya me fui, ¿okey?

—¡Pero a Nee-San es muy dulce y de seguro le agradaras!  —exclamó el niño con un puchero ante la petición del mayor, Zenitsu tembló al recordar la cara "dulce" que tenia la pelinegra al ingresar al cuarto con un gran palo de amazar, cabe aclarar que Nezuko lucia en verdad muy amenazante y seguro que de haberlo visto habria intentado matarlo por segunda vez —Ella va a venir en cuanto termine de lavar los platos, así podras conocerla. —anunció y eso fue suficiente para hacer que el chico se apaniqueara.

—¡Por favor Rokuta-Chan! —rogó mirando al niño con suplica y miedo entremezclados —¡Tanjirō me pidio no molestar! ¡Se supone que no debia interactuar con ustedes! ¡Él va a odiarme si se entera! ¡Y yo no quiero que me odie! ¡No quiero ser una molestia o carga para él! ¡Por favor! —lloriquió sin llorar realmente, esperando que el niño se compadeciera de su pobre alma en pena, porque eso es lo que era.

—Y-yo... —Rokuta titubió mirandolo confundido y preocupado, de pronto sentia mucho frío —¡Esta bien, lo haré! —declaró intentando calmar al mayor —Tanquilo, prometo no decir nada. —agregó y eso calmo al mayor.

Escuchame. [TanZen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora