SEIS: QUE

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—HoSeok, enciende la calefacción —ordenó YoonGi.

El beta dejó una charola con té caliente y miel en la mesita de la sala después de controlar la temperatura del apartamento. Sirvió dos tazas, entregándole una a JiMin; quien ese día decidió que quería recibir un poco de aire fresco, al menos de la parte de abajo del dúplex.

El invierno llegó antes de lo esperado y aunque aún no nevaba, la gélida ventisca amenazaba con congelar hasta el último rincón de Corea. Sería muy peligroso para su delicada salud asomarse siquiera por la ventana, su condición no estaba para que le diera una pulmonía o un simple catarro.

JungKook le mandaba una foto cada día y una prenda extra terminaba vistiendo a su pequeño hermano. Lucía como una linda botarga con todo lo que llevaba encima para salir a trabajar.

—¿Te sientes mejor? —preguntó el pelinegro, despegando un segundo la vista de su portátil.

—Sí, gracias. —Sonrió con timidez—. El apartamento es tan grande que no siento la necesidad de salir.

YoonGi asintió, conforme con la respuesta y continuó trabajando.

La última semana, MS&D se halló bajo el liderazgo de TaeHyung en la oficina. Si bien el director no paraba en ningún momento su trabajo, tampoco había asistido a la empresa por la razón que fuese.

Si alguien le preguntara que prefería... ¿Sonaría cruel decir que desearía que el alfa no estuviera?

El incesante sonar del teléfono martillaba en lo más profundo de sus tímpanos, le causaba un incómodo dolor de cabeza y lo obligaba a refugiarse en sus audífonos aunque tuviera que tomarse doble dosis de pastillas para el dolor, pero era mejor escuchar música al timbre del teléfono que retumbaba por toda la casa.

Miró de reojo a YoonGi, una mueca de disgusto reflejó su sentir. No es como si le pudiera pedir al ojizarco que se fuera a trabajar a la oficina, al fin de cuentas estaba en su apartamento y podía hacer lo que quisiera; el ruido más molesto del mundo, por ejemplo. Pero tenía curiosidad...

—¿YoonGi-ssi?

—Mmh.

—¿Por qué estás aquí? —inquirió—. Es decir... trabajando. D-Digo, ¿no sería más cómodo trabajar en la oficina?

—El doctor dijo que guardaras reposo.

JiMin arqueó una ceja, confundido. ¿Eso que tenía que ver con el trabajo del alfa?

Suspiró. No iba a pensar en el tema o le daría jaqueca. No era la primera vez que el ojizarco lo confundía con sus palabras o acciones, para bien o para mal. Pronto se acostumbraría a no darle vueltas a cualquier cosa que tuviese que ver con YoonGi.

—JiMin-ah. —HoSeok se acercó al rubio con una caja—. ¿Te gusta la navidad? ¿Quieres ayudarme a decorar la casa?

—HoSeok, hablamos de eso ya —interrumpió YoonGi con mala cara—. No decorarás mi casa.

—Oh, no seas un Grinch —canturreó—. Siempre decorábamos la mansión Min. Además, las festividades ayudan a mejorar los ánimos de cualquier persona enferma.

—Mi abuela hacía fiestas en la mansión, yo no daré ninguna fiesta aquí.

—JiMin-ah. —Puchereó, abrazando con fingida tristeza al omega—. Dile algo a tu gruñón esposo.

JiMin largó una ligera risita que llamó la atención de YoonGi.

—La navidad es linda, pero si YoonGi-ssi no quiere, tenemos que respetarlo.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2022 ⏰

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