22. Una vida desconocida

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Capítulo 22

Escucho el grito ensordecedor de Laura en el otro lado de la línea telefónica. Su chillido me toma por sorpresa y mi corazón da un salto que me deja sin aire durante unos segundos. Mi mano se dirige hacia mi pecho, el cual sube y baja con brusquedad.

—¡Joder, Laura! ¿Por qué estás gritando? —pregunto, todavía sobresaltada.

—¿Y aún tienes que preguntármelo? —me recrimina.

Conozco tan bien a mi amiga que sé que se ha levantado de su cama debido a la emoción. Ahora debe estar dando vueltas por su habitación sin rumbo fijo, intentando asimilar todo lo que le he contado.

—No es para tanto...

—Mar, debes estar bromeando —me llama la atención, incrédula ante la situación y mi actitud—. ¿CÓMO QUE NO ES PARA TANTO?

—Sí, no es para tanto —repito con una sonrisa tontorrona en la cara—. De hecho, creo que estás exagerando un poco —bromeo, disfrutando demasiado de la reacción de mi amiga.

—¿Exagerar? ¿Yo? Para nada —niega, sacudiendo la cabeza—. Además, no me hace falta exagerar. ¡Este es definitivamente el acontecimiento del año! —sentencia.

—¿Que Aren y yo nos hayamos liado es para ti el acontecimiento del año?

—Sí, claro —contesta sin vacilar ni un segundo.

Mi boca deja escapar una risa de asombro.

—Entonces el nivel debe estar muy bajo, porque sino no me lo explico —ironizo, poniendo a su vez los ojos en blanco.

—Pues no, lista. Te puedo asegurar que el nivel está mucho más alto que otros años —me hace saber con su típico tono de persona pedante—. ¿Acaso no me crees?

—Obviamente —le sigo el juego.

—Vale, eso pensaba.

Vuelvo a reírme. Tengo que colocar la ropa planchada dentro de mi armario y mientras siga en llamada con Laura, no podré hacerlo. Por esa razón, decido levantarme de la cama y poner el móvil en altavoz para continuar hablando con ella, pero sin dejar a un lado mis responsabilidades.

—Cuéntame más —me pide, más bien, suplica—. Y con detalles, por favor.

—¿Qué más quieres saber? Creo que ya te lo he contado todo.

—¿Cómo estáis ahora?

—¿Quiénes? ¿Aren y yo? —cuelgo uno de mis pantalones preferidos encima de la percha.

—Claro —responde de forma obvia. La verdad es que mi pregunta ha sido un poco absurda—. ¿Y quién si no? ¿Guille y tú? —añade con retintín.

—Guille y yo solo somos amigos —le recuerdo.

—Lo sé, era para meterme contigo —se encoge de hombros, divertida—. Entonces, y no cambies de tema, ¿cuál es tu situación actual con Aren? —vuelve a retomar la conversación anterior.

—Pues... —me quedo unos segundos en silencio, pensativa—. No lo sé.

—¿No lo sabes?

—No hemos hablado sobre eso todavía.

—Todavía —recalca.

—Sí, todavía.

—Así que lo haréis, con el tiempo acabaréis definiendo qué es lo que sois.

—Sí, supongo que sí —respondo.

Laura se queda en silencio.

—Aunque la verdad es que no pienso demasiado en ello como lo habría hecho antes —declaro ante el silencio de mi amiga—. Estoy intentando dejarme fluir y disfrutar de lo que estoy viviendo.

Cambio de aires | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora