Stop Bullying

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Y abrí los párpados de nuevo. Y ahí delante de mi, me miraban unos ojos tristes y apagados. Era mi propio reflejo que me hacía compañía en el espejo de mi habitación, envuelta en la penumbra. Sentada en un rincón, sola, pensando.

Todos los días la misma rutina: vuelvo del colegio con una sonrisa forzada aguantando las ganas de gritar y llorar. Después como siempre me encierro en mi habitación, en mi mundo, donde no hay nadie. Hago los deberes inconscientemente, rápido y bien. Y después hasta la hora de la cena, me quedo mirando a través de la ventana la calle, con la mirada perdida y vacía.

Mis padres a veces me preguntan por qué miro tanto a la acera. Yo les contesto que porque me hace sentir bien. Con sus luces y colores vivos, el viento que agita las hojas de los árboles, el ruido del tráfico que se vuelve una curiosa sinfonía cuando lo escuchas, simple pero cautivadora.

En la cena intento siempre evitar conversación, estoy ausente. Al menos eso es lo que me dicen. Y volvemos al punto inicial: en el momento en el que todos ya se han dormido, me pongo de rodillas frente al espejo de mi habitación y me aguanto la mirada. Algunas veces recuerdo y rompo a llorar en silencio. Otras veces simplemente aparto la vista. Y otras veces, pocas veces, acepto la verdad. ¿Qué verdad es esa? Es la verdad de enfrentarse a ellos, la verdad de gritar a los cuatro vientos lo que siento. <<Pero nunca seré capaz>>, le digo al espejo. <<Nunca>>.

Los días en la escuela parecen eternos. Siempre intento pasar desapercibida, pero siempre me encuentran. Una vez entre por la puerta de atrás, fue el único día que no estuve presente para lo demás, salvo para los profesores claro. Pero la rutina es la misma todos los días, unos días peores que otros. Entro por la entrada como todos los demás. A veces no ocurre nada, otras logran hacer que me tropiece, en numerosas ocasiones me he escabullido... hay muchas formas de empezar un día. Entro en clase con la misma sensación de siempre, <<ojala me mienta>> esas son las palabras que se repiten dentro de mi cabeza. Pero no. Tengo razón mis compañeros me miran y se ríen, algunos ni siquiera fingen. Zancadillas, palabras hirientes , algún que otro empujón etc

¿Mi reputación?¿como empezó todo? La verdad las reputaciones son el tipo de cosas que cada uno se gana a pulso, yo no se como llegue a tal punto en el que toda mi clase me odia. La verdad creo que desde siempre tengo tendencia a ser diferente, me siento diferente. Sé que ser diferente no es nada malo, todos somos diferentes eso es lo que nos hace especiales. Pero a veces la gente no lo entiende, creen que lo diferente es malo, piensan que si no somos ovejitas obedientes podemos desmantelar el "mundillo" que se habían creado. Siento cada día la amargura de no ser comprendida, la acidez de cada zancadilla, de cada insulto, de cada empujón. Mi problema esta dividido en dos: daño físico y psicológico. Como ya os he dicho todos los días son iguales, son guerras. Guerras que no terminarán. Al pensar esto me deprimo más. Ausencia, esa es la palabra que define mi vida. Ausencia de amigos. Con sinceridad la soledad es mi mejor amigo  sé que nunca me hará daño. Siempre estará allí conmigo, la chica del rincón. Haciéndome compañía mientras espero a que suene el timbre para salir corriendo ¿a dónde? ¿Dónde puedo escapar de este sentimiento que me envuelve? La respuesta que me da mi mente es seca y amarga. No puedes escapar me dice. Cada día me quedo escondida detrás de un banco en el recreo, para evitar más conflictos. Más recuerdos. Más punzadas en el corazón, que se va parando. Pienso que mi interior se esta muriendo, cada día me rompo un poquito más. A veces una voz me dice : <<Acaba con todo>>. Pero no puedo. A lo mejor es por el hecho de querer demostrar a toda esa gente que acabarán perdiendo esta guerra, que yo lucharé hasta el final. También pensar en esto me ayuda <<El final>>. Cuando todo se acabe, ahora lo veo lejos, tan lejos. Pero cuando se acabe estaré orgullosa de mi misma, estaré con gente que me aprecia y me quiere. Yo se que soy más que lo que dicen y lo que piensan los demás. No soy una simple critica, no soy un tema del que reír, soy una persona y merezco ser feliz como cualquiera. <<¿Por qué no digo todo esto en alto para que me puedan oír todos?>> la verdad no lo sé. <<¿Por miedo?>> El miedo es algo que no se puede evitar siempre habrá barreras, pero es de valientes saber romperlas. Se que algún día me atreveré, alguien me dará la mano y me apoyará. Seré valiente. Pero...¿cuándo? Esa es la pregunta que resuena en mi. No lo sé, me respondo.

Me sigo imaginando lo mismo todos los días, un largo túnel oscuro y sombrío. Pero siempre hay algo que me deslumbra y me atrae. Mientras voy caminando hacía allí resuenan voces en mi cabeza. Todas las criticas, todas las amenazas, todos los insultos... pero esta vez es diferente. Ya no me afectan. Ya no me importa lo que piensen los demás de mí. Estoy feliz. La luz me envuelve y me reconforta, estoy ya casi. Cuando salgo del túnel veo a tanta gente. A mí familia, me abrazan y me dicen que va salir todo bien, ellos son lo que más me importa y están ahí después de tanto tiempo, están conmigo. Estoy abrazando a mi padre cuando notó un estirón en mi pantalón. Miró hacia abajo, era extraño. Media como 20 cm de alto y era... no sabría explicarlo, pero lo intentaré. Era de humo, humo negro como el carbón. Me agache hasta que quede a su altura. Y este me entregó una pequeña margarita. La cogí y me sentí muy bien, me había quitado un peso de encima, todo el odio y el rencor que sentía habían desaparecido. Me levante oliendo la margarita y vi como ese humo negro se elevó hasta perderlo de vista. Me sentía tan feliz, había apartado todo mi rencor y había perdonado a toda la gente que me había hecho sufrir. Uno se siente tan bien, ya es libre de sus sentimientos.

Perdonar es lo mejor que se puede hacer, la ira y el rencor no sirven para nada, solo te frustran y te recuerdan todo lo malo. Yo ya era libre.

Siempre hay una salida, aunque este muy lejos. Hay que ser valientes y enfrentarse a la realidad. Dar la cara. Pedir ayuda sin miedo, confiar en las personas que queremos, y nunca perder la esperanza.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2015 ⏰

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