Parte cuatro

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Escuché que abrían la puerta de la casa. Rápidamente metí la bolsa bajo la cama y los sobres, ahora con papeles dentro, en el cajón de mi escritorio. Me metí en la cama, tapándome hasta arriba. Cuando escuché silencio, salí al pasillo para asegurarme de que todo el mundo estaba acostado. Allison estaba en su cama, con los ojos cerrados, y Chris estaba en el despacho mirando las armas.

Volví a mi habitación y cogí la bolsa. Abrí la ventana e hice equilibrio sobre el tejado, hasta que me senté en él y me dejé caer. Cuando caí en el suelo, metí la bolsa en el maletero del coche y rápidamente me metí en el asiento del piloto, arrancando el motor. Al pisar el acelerador, el coche no se movió. Miré hacia la ventana y vi a Derek con el motor en su mano. Apoyé mi cabeza en el respaldo del asiento y tragué saliva. Mierda.

Salí del coche, y vi a Chris con mi bolsa en la mano. A su lado, Allison.

-Llama a los demás -ordenó Derek a Allison sonriendo -. Parece que tenemos una traidora.

-No soy... -me interrumpió con una bofetada y se convirtió en hombre lobo. Apreté la mandíbula, intentando no echarme sobre él y matarle.

-¡Derek, para! -gritó Chris, empujándole -No estamos seguros.

-¡Mírala! ¡Estaba intentando huir! -gritó furioso mientras me señalaba y volvía a su forma normal -¿¡Qué más pruebas necesitas!?

-¡Tú no sabes nada Derek! -grité -Ninguno sabéis nada... -susurré.

-Sabemos que eres una traidora -dijo Derek.

-Solo sabemos que estaba intentando escapar, Derek. No saques conclusiones precipitadas -dijo Chris, pero él también lo creía. Se le veía en los ojos. Ni siquiera era capaz de mirarme. Miré a Allison y ella solo estaba dada la vuelta mientras hablaba por teléfono.

Sentí ganas de llorar. Siempre siento ganas de llorar. Pero no de tristeza, de frustración. Lo único que estaban haciendo era condenarse a la muerte. Aunque les dijera la verdad nunca me creerían. Derek solo quería que me fuera, él nunca había confiado en mi, y era normal, no le culpo.

Mi vista se clavó en el suelo cuando vi llegar a los demás. No tardaron ni diez minutos en llegar. Me metieron en la Jeep de Stiles y me llevaron hasta la casa de Derek. Cuando me intentaron atar a una silla empecé a luchar. Esto les iba a matar, necesitaba irme ahora mismo.

-Aria, por favor -dijo en tono serio Chris -, basta.

-Os estoy intentando salvar la vida -dije -. ¡Tenéis que dejar que me vaya! -grité, desesperada.

Todos me miraban como si estuviera loca, todos se alejaron. Todos menos Derek. Miré a Isaac y él miraba hacia abajo. De repente sentí que algo tomaba el poder de mi. Esto estaba empezando.

-¿Ahora es cuando tú me empiezas a torturar, Derek? -preguntó lo que estaba dentro de mi, riéndose con sarcasmo. Él me pegó una bofetada, que hizo que mi labio sangrara -Que decepción, Derek -dijo chupando mi labio -. ¿Los ves? -sacudió mi cabeza en dirección a todos los que me miraban -¡Algunos de ellos todavía dudan si deben confiar en ti! -gritó. Él les miró y luego a mi.

-Mirarle los ojos -susurró Derek. Todos se acercaron lentamente y se quedaron viendo mis ojos.

-Deberíais haber escuchado a Aria -mi cuerpo empezó a reírse fríamente -. Ella solo intentaba salvar vuestra patética vida -habló de nuevo. Intentaba hablar, intentaba gritar, pero no podía. Lo que fuera que estaba dentro de mi no me dejaba hablar. Tenía un total control sobre mi cuerpo, pero no sobre mi mente.

-Está atada, no puede hacer nada -dijo Stiles. De repente, las cuerdas que ataban mi cuerpo se rompieron, dejando que me pusiera de pie -. No he dicho nada.

Amnesia [Isaac Lahey - One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora