—... ¡Por Dios, Henderson! Lo tengo, sí, no soy estúpido... No te preocupes, puedes regresar a tú llamada, no seas idiota y regresa a hablar con tú Suzie-poh.
Steve suspiró cuando por fin logro deshacerse de Dustin, cerró la puerta detrás suyo y encendió la luz de la habitación.
—¡Boo! —susurró Eddie, cara a cara con el otro.
Steve solo atino a llevarse las manos al corazón, tal y como lo haría una anciana asustadiza. Eddie se rió de su propia broma bien hecha, sin embargo Steve le miro totalmente ofendido.
—Gracias por el infarto, Munson.
—Un placer, su majestad —respondió Eddie, teatral cómo siempre.
—Muy gracioso, ¿Quieres decirme que fue eso en la cocina?
Genial, pensó Eddie, había fallado en la distracción.
Plan dos: desviación.
—Uh, sí. Se llama ataque de asma, Stevie. Una enfermedad que cualquiera sorteado con malos pulmones puede tener —Eddie le sonrió divertido y se lanzó como un niño pequeño a la cama gigante que ocupaba la mitad de la habitación.
—¡Diane Keaton! Ella es asmática —continuo el de cabello rizado desde su comodidad en las sábanas de seda de la familia Harrington—. La conoces, yo la conozco, todo el mundo lo hace. Haré que Dustin acabe contigo si no la conoces, y lo sabés, Henderson no te dejará en paz si no...
—¿Estabas teniendo un ataque asmático en mi cocina? Eddie, qué diablos.
Enojado, el metalero se había dado cuenta de que Steve se escuchaba furioso y él realmente no sabía cómo lidiar con eso.
—Bueno, sí. Eso es lo que sucede cuando eres asmático. Siempre aposté a que eras más listo, chico grande. Fumar no ayuda con eso.
—¿Por qué me estoy enterando de esto justo ahora? ¿Qué...? —Steve había retrocedido y se había recargado sobre la puerta—. ¿Qué hay de ese día?
Eddie se pregunto cómo era posible que una persona llegara a una realización y se deshiciera en segundos.
—¿Eso fue lo que sucedió ese día en el Upside Down? Tuviste un ataque de asma mientras te perseguían, ¿es por eso que no pudiste escapar? —Las palabras a duras penas habían podido salir de la boca temblorosa de Steve.
Y Eddie fue perfectamente capaz de escuchar la culpa en sus palabras. Inmediatamente se levantó de la cama y se acercó a él.
—Hey, no, no fue tu culpa Steve —había tomado entre sus manos pálidas y callosas el rostro del hombre en el suelo—. Fue mi decisión no decirle a nadie acerca de esto. Demonios, ni siquiera Henderson lo sabía. No tienes que culparte por eso.
—Pero debí haberlo notado, yo, se suponía que estaba a cargo de ustedes y Dios mío, te deje morir Eddie —tomo aire, entrecortado, triste y medio roto—. Te dejamos ahí, completamente solo. Es... como un sueño que este vivo. A veces se siente como si estuviera despierto. ¿Que si es así y luego no lo estoy?
Le dolió verlo así, vulnerable. Con piezas fragmentadas y diminutas que nunca se volverían a pegar.
—Estas despierto ahora, —su voz se rompió del mismo modo—. Steve, Steve, Steve, ¿no lo ves?
—¿Ver qué cosa?
—Estamos tan cerca el uno del otro —susurró, como si decirlo más alto hiciera que no fuera cierto.
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𝗤𝘂𝗶𝘁𝗲 (not) 𝗺𝗲𝘁𝗮𝗹 𝘁𝗼 𝗯𝗲 𝗵𝗼𝗻𝗲𝘀𝘁; steddie
FanfictionEddie Munson no murió, pero entonces ya no es lo que solía ser, ahora tiene que beber sangre humana para poder vivir, ha visto monstruos y cosas peores que ellos. Tristemente, nada de ello lo libra de su mayor debilidad. O Eddie Munson murió y volvi...