Algo que solo yo sé

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GL (Female!Senku)

Taro Mayu se encontraba tranquila leyendo en el salón. El descanso empezó hace tan solo unos diez minutos y la mayoría de sus compañeros ya habían salido. El fresco viento de verano se filtraba por las ventanas, generándole paz. 

Los murmullos de conversaciones banales de los que aún se quedaban adentro se oían espontáneas y no molestaban su lectura. No hasta que alguien ingresó y llamó la atención de todos.

—¡Es Hizashi Kohaku!

No pudo evitar alzar la mirada cuando supo quién era. La atleta más talentosa de su escuela y la líder del club de deporte, Hizashi Kohaku, ahora mismo ingresaba a su aula. En sus manos llevaba un grueso libro de lo que le pareció ser química. Su llamativo cabello rubio arreglado en una coleta alocada y sus extraordinarios ojos azules de obvia descendencia extranjera captó la mirada de los presentes y no era para menos, su belleza fuera del estándar japonés y la increíble fuerza que poseía la hacía una de las chicas más populares, aunque su rudeza y pocos modales también la hacían de las más temidas.

Kohaku echó una ojeada rápida al interior del salón buscando a alguien, a Tanaka Chrome, el vicepresidente del club de ciencias, su compañero.

Algunas chicas se acercaron a ella mientras iba hacia el asiento de él.

—¡Oh, Kohaku-san! ¡La vi el otro día mientras entrenaba y estuvo increíble!

—¡Es seguro que ganará!

—¿Y que hace por aquí, por cierto?

—Ja, gracias—Les sonrió— Pasé por aquí porque tengo algo que darle a Chrome.— Fue directamente a su mesa y dejó el libro encima.—Ruri-nee dijo que está ocupada y por eso me pidió que te lo dé.— Le dijo a Chrome— Es ese, ¿verdad? Porque nos demoramos mucho buscando en la biblioteca de Ruri-nee. No lo ha usado en bastante tiempo...

—Oh, sí. Sí es este, gracias. — El castaño tomó el libro y lo revisó rápidamente. —Ah, feliz cumpleaños, gorila.

Un jadeo colectivo resonó.

¡¿Era el cumpleaños de Kohaku?!

El castaño volteó a verlos confundidos. De inmediato, casi todas las personas se acercaron a saludarla con sonrisas alegres, ignorando por completo el puño sobre la cabeza de su amigo por el golpe que le propinó por el horrendo apodo. Kohaku se regresó a ellos con una sonrisa algo confundida y les agradeció.

Mayu solo veía la escena a lo lejos. Desvió la mirada al sentir sus mejillas calentarse de solo verla y, tratando que nadie lo notara, se escondió en su libro...

—¡MAYU! ¡KOHAKU-CHAN ME SONRIÓ!

—¡AHHH!

Hasta que por poco sintió su alma salir de su cuerpo.

Saltó del susto, casi tirando las cosas de su carpeta, todo para ver sentado frente a ella a su mejor amigo, Takano Hayate, sonriendo como idiota.

—Ahh, Mayu— Suspiró pesado, relajándose en su asiento mientras volteaba a ver con ojos de corazón a la rubia quien hablaba con Chrome a lo lejos.— Fui a saludarla también, me sonrió y me dio las gracias. Tan linda~.

Takano Hayate ha sido su amigo desde la escuela elemental, lo conocía muy bien y claro que sabía lo graaan enamorado que estaba de Kohaku-san. Específicamente desde que la conoció en segundo año tras unirse al club de deporte. ¿Cómo no saberlo si es que podría hablar horas de ella y lo increíble que era? 

Aun recuperándose del susto que casi hace tirarle el libro, Mayu lo veía en silencio mientras hablaba. Seguía medio en blanco, procesando lo que decía, cuando escuchó...

Senhaku Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora