"Insomnio"

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Las noches en Karmaland solían ser algo frescas, había cierta humedad y frío en la noche producida por el lago al mismo tiempo que era atrapante el juego de acuarelas en el cielo. El azul junto a las manchas verdes y púrpuras daban una imagen encantada, digno de parecer algo mágico.

Mientras la noche seguía adelante, ignorando a los recién nuevos pueblerinos, a los píes de la montaña y orilla del lago había una pequeña casa. Con un simple vistazo se notaba que fue hecha a la rápida.

Entonces Quackity suspiró, aburrido de la noche y de no poder explorar este nuevo mundo en el cuál apareció poco después de pelear con un arcángel.

Podría dar mas vueltas en la cama en un intento de distraerse o sentirse más cómodo pero... Luzu también estaba descansando.

No llevaban más de 3 días de conocerse y aún así el castaño lo incluyó en sus planes iniciales en este mundo, dándole protección, comida y un lugar en donde dormir por mucho que usarán la misma cama.

Era algo reconfortante a su parecer, había estado nervioso en un comienzo por no reconocer en donde estaba y sobre todo cuándo vio que cada uno de los chicos se iba por su cuenta o en pareja, Luzu fue quién más atento se vio con él y lo agradecía.

Suspiró de nuevo aún energético, pensó en levantarse y acariciar a sus patos o molestar a Anselmo un rato.

– ¿Luzu?... – Preguntó dudando el muchacho.

– ¿Uhm?. – Gruñó aún adormilado, girando su cabeza en dirección del otro.

– Ah- ¿Estabas despierto?. – Volvió a preguntar nervioso, sentándose de inmediato.

– Algo, te escuchaba suspirar... ¿ Todo bien, Quackity?. – Dijo preocupado.

"Vaya, si que eres detallista" pensó el de gorro.

– Si, si, no te preocupes, Luzu, solo estoy un poquito aburrido.

– ¿Y eso? – Preguntó sorprendido sentándose también, apoyando su espalda y peso en la pared de la casa – ¿No estas cansado? Estuvimos bastante ocupados hoy y no haz parado de ir de aquí para allá.

– ¡Ay, Luzu! Yo no estoy tan mayor cómo tú para que sepas, aún tengo muchas energías. – Hablo un poco más fuerte, animando la conversación.

– Jajaja... Claro que si, estoy hablando con el niño más pequeño de Karmaland.

– Epa, no te pases tampoco, que ya soy un adulto igual que tú cabrón.

– Pfff- – Volvió a reír Luzu mientras tapaba su boca con una mano, no molestaría a nadie si se riera con más intensidad pero el que fuera de noche daba la sensación de que debían ser silenciosos.

Luzu era alguien amable, de carácter dulce por mucho que intentara esconderlo en la fachada de tipo amargado o emo, siempre le regalaba una sonrisa o abrazaba sus hombros cada que lograban hacer algo con éxito. Siempre disfrutaba de ver esa sonrisa, justo cómo ahora, estaba completamente embobado viendo cómo reía suavemente por sus ocurrencias.

Se acercó un poco más y apoyo sus cabeza en su hombro.

Luzu solía usar una sudadera negra pero al dormir se la quitaba y se dejaba una musculosa del mismo color, irónicamente sus brazos estaban cálidos a pesar del frío que pudiera hacer.

Apenas su cabeza quedó apoyada en la esquina de su hombro sintió cómo Luzu detenía su risa y suspiraba, con una especie de diversión y poco después pudo escuchar el movimiento de las sabanas y ropa haciendo fricción, así fue cómo después tenía el brazo del mayor rodeándolo por detrás de su espalda y con su mano acariciaba su mejilla.

Era un mimo agradable, tan suave y cálido que sonrió por inercia al estar sintiendo tal calidez.

Estuvieron en silencio un rato, escuchando el viento soplar y el lago bailar. También se oían las respiraciones de ambos patos y un leve ronquido de Anselmo.

– Eres una buena persona, Lusuuu. – Alargo su nombre un poco para bromear a pesar de decir una verdad.

– Tú igual, Quacks. – Susurro el castaño mientras seguía acariciando la mejilla del peli negro.

Luzu disfrutaba de la presencia del chico, siempre irradiaba una energía y esencia única que lo llenaba de alegría.

Ambos estaban contentos de tenerse el uno al otro en el comienzo de esta nueva vida, ya que por mucho que lo intentaran no tenían recuerdos de lo que fue su pasado.

– Oye, Quackity, ¿Tú en verdad no recuerdas nada de tu vida pasada? – Preguntó curioso.

– No, de verdad que no recuerdo nada, wey.

– Ostia, entonces somos 2 pero... ¿tampoco tienes la sensación de extrañar algunas cosas?

Entonces hubo un silencio, ambos pensando en esa pregunta e intentando recordar algo.

Al parecer todos tenían una sensación de deja vu de vez en cuándo y esto no era excepción para los 2, cada uno sentía haber copiado o haber repetido alguna acción o experiencia de vez en cuándo.

– ¡Aaaah! – Reclamó Quackity con expresión molesta, pegándole un pequeño manotazo a su propia pierna. – No empieces con esa chingadera, Luzu, luego no voy a dejar de pensar si antes fui una estrella pop o porno.

Y de nuevo hubo una risa, esta vez más escandalosa que contagió al otro.

– ¡Pero, tío! ¿Cómo es que terminas concluyendo esas cosas? – Habló el otro inclinándose hacia adelante mientras sostenía su estómago, sintiendo el dolor tan habitual al no poder parar de reír.

– Pero, Luzuuu. – Dijo Quackity con un intento de puchero deformado por su sonrisa. – No hay nada de malo con ser una estrella, es un trabajo también digno.

– ¡Jajaja, solo tú piensas cosas así cuándo es un tema así!

– ¡¿Pero qué tiene?! A ver, dijo el ciego, yo no me burlaría si tú fueras una estrella, Luzu.

– Claro que te reirías, desgraciado, ya te conozco lo suficiente.– Respondió aún riendo.

– Pero, Luzu... – Murmuró aguantando la risa, terminando por soltar una gran carcajada mientras se revolcaba en su lugar, sintiendo que no podía parar de reír.

Estuvieron así unos minutos, cada uno ahogándose por la risa y al momento de sentir calma volvían a estallar por tan solo mirarse a la cara de nuevo.

Una vez calmados notaron el desastre que hicieron en la cama, algunas mantas se terminaron saliendo mientras que las sabanas estaban todas arrugadas.

Terminaron haciéndola de nuevo, de vez en cuándo volviendo a tirar algún chiste. Una vez acostados de nuevo, Luzu la dio la espalda a Quackity y este copió lo mismo.

Ya estaba un poco más somnoliento solo que quizás no más cómodo.

– Oye, Luzu. – Le habló sonriendo, girándose y topándose con la espalda de él.

– ¿Dime?. – Preguntó volviendo a tener una voz somnolienta.

– ¿Puedo apoyar mi cabeza en tu pecho? – Preguntó de vuelta. – No es nada malo por sí te piensas otra cosa, puerco, namas que estás blandito ¿si?.

– ...

– ... ¿si o no?.

Volvió a reír el otro, acostándose de forma en que su espalda quedará recostada en el colchón de la cama.

– Ya esta, ven aquí, peque. – Confirmo sonriendo con dulzura, levantando su brazo para que Quackity se acercará y se pudiera acomodar mejor.

– ¡Iraaaa! Tú si que eres buen roomie, Lusuuu. – Exclamó emocionado, sintiendo cómo su sonrisa crecía sólo porque su petición fue aceptada.

La risa leve no volvió a falta, sintiendo que era abrazado por fin pudo pegar ojo y de a poco quedarse dormido en los brazos de quién más confiaba.

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Llevó años sin escribir algo y que lo terminé publicando, espero que sea del agrado de todos. ♡

Lirios con recuerdos de Luckity [One-Shots Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora