"Minando" Parte II

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La situación actual para ambos no era para nada agradable y entre más pasaban los segundos, más estresante se volvía, sobre todo si Quackity no dejaba de gritar cómo loco.

– ¡Vamos, Luzu! ¡Pica más rápido que nos está alcanzando ese pinche Hulk mierdeso! – Insistió el chico, todo asustado viendo cómo lo que parecía un golem de hierro todo deformado y agresivo los perseguía.

– ¡Si te callaras y le pusieses lava sería más fácil que no nos alcanzará!

– ¡NO TE PASES DE LANZA, LUZU, TÚ TE QUEDASTE CON LA PUTA LAVA! – Grito desesperado al ver que estaba bajo presión, sintiendo sus manos temblar cada que volvía a tapar el camino que dejan por detrás mientras sentía a esa cosa gritar y reventar su cabeza.

Luzu tampoco estaba en el mejor estado emocional, le estaban temblando las piernas de los nervios y miedo de morir en esa cueva horrible que encontraron mientras que su respiración se estaba agitando de forma irregular.

Ambos estaban más que asustados luego de ver cómo esa cosa rompía las paredes y pilares de la cueva, no les quedó de otra que empezar a picar un túnel improvisado para intentar huir del monstruo tan potente que los seguía.

Por obra del destino al volver a picar abrieron una pared que pertenecía un túnel.

Se veía oscuro y tétrico, casi cómo si la persona que lo haya hecho lo haya abandonado poco después. Tampoco tenía la menor idea de si esto tenía una salida segura o simplemente acababa en algún lugar, pero las opciones se le acababan y opto por lo más rápido.

– ¡Quackity! ¡Por aquí! – exclamo exaltado tomando la muñeca del pelinegro y comenzando a correr.

– Qué- ¡¿estás seguro de que estamos bien yéndonos por aquí?! – Pregunto angustiado.

Ambos seguían corriendo por el largo túnel, intentando no tropezar o golpear sus cabezas con la adrenalina del momento.

– ¡No tengo la menor idea!

– ¡¿QUÉ?! ¡No mames, Luzu, nos viene persiguiendo un puto mastodonte todo violento! – Dijo casi gritando, corriendo lo más rápido que podía mientras mantenía el ritmo cómo podía, más de una vez siendo jalado por el otro cuándo se quedaba atrás o tropezaba.

Ambos estaban asustados y sin duda le estaba dando su seguridad a Luzu de primera mano porque sentía que en cualquier segunda paraba de correr del miedo.

– ¡Quackity! ¡Tú solo corre o de verdad nos jode ese hijo de puta!

– Más te vale, hijo de la chingada, qué si ese pinche pitbull me mata te voy a puro jalar del pescuezo en tu siguiente vida. – Respondió.

Mientras ambos seguían corriendo ignoraron los golpes o pasadas a llevar que tenían al chocar con las paredes, en este punto sus brazos quedarían con grandes moretones, rasguños y una que otra herida.

Aún con el corazón agitado y sintiendo el peso de la adrenalina bajar, escucharon cómo esa cosa los seguía.

– Puta madre, puta madre. – empezó a repetir Quackity.

Y justo cómo si los mismos dioses se apiadaran de ambos, vieron cómo la cueva tenía una subida ya hecha, las escaleras no existían en esa subida, pero se notaba que era una salida segura.

(...)

1, 2, 3.

Una inhalación y su pecho se sentía congestionado por respirar el aire fresco y helado de la noche.

1, 2 ,3.

Al exhalar se tomaba un segundo para apreciar el cielo estrellado y las chispas ardientes de las estrellas.

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2022 ⏰

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