Piero Montelli y un análisis del sector ganadero actual

Los empresarios ganaderos se encuentran optimistas aun frente a un escenario complejo en múltiples aspectos. La actitud y la mejora constante con foco en el largo plazo son las claves positivas, unidas a la pasión por la actividad productora.

En la cadena de ganados y carnes hay nuevos vientos que nos acercan al futuro y nos posicionan como líderes en el mercado internacional. Hoy, como nunca, los empresarios valoramos los cambios que se están dando en la comercialización y cómo las nuevas tecnología comenzaron en forma disruptiva, a modificar nuestras centenarias costumbres de relacionamiento comerciales a favor, para acelerar procesos y vincularnos más clara y eficazmente. Más que nada se ha valorizado y resignificado la acción de los operadores y sus nuevas herramientas, factor importantísimo que nos ha permitido unir en el tiempo y espacio la seriedad, con las transacciones.

Dentro de un marco macroeconómico, social y políticamente complejo, se desenvuelve la cadena de ganados y carnes con algunas amenazas, pero también con muchas fortalezas. Las amenazas ,como siempre, surgen dado el carácter históricamente político de la carne, el principal componente de la canasta de alimentos. En el escenario cotidiano, cada vez que los precios aumentan en función de la oferta y demanda en un mercado de competencia perfecta, la tentación de los gobiernos es tratar de ponerle corsés ficticios para mitigarla, pero la experiencia demuestra que las contenciones coyunturales siempre finalizan en impactos negativos a la producción, y garantizan futuros aumentos de precios.

Sin embargo, la fortaleza de esta cadena de productores nacionales, reconocida mundialmente , se asienta en el expertise de los actores del sector; productores que por más de cien años, vienen mejorando sus planteles y manejos, con nuevas generaciones de excelentes nuevas camadas de productores que han recibido de padres y abuelos sus conocimientos. Saberes que no se consiguen por internet, sino estando en el territorio, trabajando a la par y enfrentando in situ todos los vaivenes y coletazos coyunturales. Este es un espacio de aprendizaje tanto económico y cultural que pocos países tienen y pueden ofrecer a las nuevas generaciones de integrantes del sector agrario.