Flame Smith

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Dos ninjas fijaron su vista al piso, dando con un paquete de galletas sobrante. Estaba asegurado que se darían pelea por el snack, incluso si ya estaba en el suelo.

Con esfuerzos los dos se tiraron al suelo e intentaron tomarlo. Resultaba ser el último.

—¡Es mia!—Bramó Jay. Esperaba que el contrario soltara lo que le pertenecía, cosa que no hizo, y en su lugar, soltó un bufido molesto.

—¡Tu te comiste la última!—Un enojado Kai habló—¡Creo que deberíamos compartirla!

—¡¿Porque debería compartirla contigo?!—Fue lo único que obtuvo como respuesta, no obstante, los dos cayeron al suelo. De nuevo.

—¡Oye Kai, mira quien llego!—Esta vez, ninguno de los dos había dicho ese comentario. Estaban muy ocupados peleando como para prestar atención a esas nimiedades.

Todavía con las cabezas puestas en el suelo y tirados en la superficie llena de tierra, los dos voltearon escuchando nuevamente la voz de Lloyd.

Prontamente Kai se detuvo (cosa que Jay aprovechó para degustar el snack, e incluso, le dio el tiempo suficiente para escapar).

Lo habia dejado sin aliento la hermosa criatura que llegaba junto a el, un animal de ojos tiernos, grandes y de pelaje suave y delicado.

—¡¿Flame?!—Su mirada se llenó de felicidad y gozo, mirandolo, observándolo, e internamente, se aplaudía así mismo por resistir tanto tiempo sin su tan ansiado compañero de vida.

Lloyd desengancho la correa del animal. El gato jadeo feliz y contento hasta su dueño, que lo recibía con total animo por su tan inesperada, pero necesaria, visita. Finalmente, se adhirió como imán a su cara y aunque termino con rasguños, no le importó para nada. Tras una separación de tantos meses, su vida habia dado un vuelco. Se sentía incompleto, vacío, como si hubieran arrancado una parte de su vida, que justo ahora, estaba presente.

Tal vez ese gato que alguna vez habia considerado insoportable y "especial"
se habia convertido en una pequeña luz en su vida.

El gato dio vueltas, giros y cualquier oto truco que había aprendido durante su entrenamiento en la clínica. Al parecer su alopecia había sido curada y su pelaje había vuelto a crecer.

—No olvides que debemos esterilizarlo—Advirtió Lloyd.

Lo dicho provocó un susto por parte de Flame, que se refugió debajo de las piernas de su dueño.

—¿Bromeas?—Puso las manos sobre la cintura; entonces levantó a su mascota.—¡Es genial que Flame tenga familia! ¡Deberiamos pensarles un buen nombre!-Dijo haciéndole mimos al gato que ronroneaba contento.

—Los demas no querran esa cosa en el monasterio—Mismamente, Jay habia llegado.—Ademas, ¡Es el mismo gato anormal que por alguna razón subía al árbol todos los jueves!

—¡No es para tanto! ¡Y no le digas así!

—El mismo gato que fue arropado en mi cama—Jay comenzó—El mismo gato que destruyó nuestros regalos en noche buena, o peor... ¡El mismo gato que casi mata a Skylor por una galleta la noche de navidad!

Los tres tragaron saliva ante lo último mencionado.

Fue justo en el momento que el reloj de Lloyd sonó, lo había olvidado, era día de plática en la prisión.

Se trataba ni más ni menos de una obligación para ellos asistir a kriptaryum, con esto se esperaba conducir a los presos a un "camino del bien". No es como si ayudara mucho en realidad. Aún así, alguien debía ir.

El resto del camino no hablarian de ello, Kai no quería ir pero no es como si dijera algo. Pues la mente del castaño estaba en otra cosa; Pensaba en la responsabilidad que sería tener una mascota en casa y la mucha atención que tendría que darle a su gatito ¿podría cargar con todo eso?

¡Por supuesto! Lo amaba lo suficiente como para encargarse de el, mantenerlo saludable y conservar su pelaje suave como a el le gusta.

O al menos tratar con sus necesidades básicas.

—Veamos... debo alimentarlo, pasearlo—Comenzó a ennumerarlas con los dedos de sus manos—Limpiar lo que ensucie y...

El castaño se detuvo a mitad de la calle y sin voltearse pretendió no darse cuenta. Sintiendo como las pisadas detras de el también se detenían y escuchaba un ronroneo conocido.

—¡Flame! No me sigas—Kai se dio la vuelta con dos ojitos brillosos observandolo adorablemente, el gatito se acerco a sus pies oliendo sus zapatos y se pego a su pierna tomandolo con sus garras recientemente afiladas.

—¡Auch!—Se quejó—¡Flame, no puedes ir a la misión conmigo!

Nya y Lloyd se detuvieron en seco al escuchar al animal maullar

Lloyd observo con enojo al castaño e interrumpido por los maullidos habló;—¡Kai! ¡¿Vienes o no?!

—Eh, lo siento chicos pero creo que no podré ir—Se disculpó—Será para la Próxima, lo prometo.

Y junto al gato adherido a sus pantalones se encaminó para regresarlo a casa, donde esperaba que permaneciera, no obstante, no planeaba que subiera al árbol de nuevo.

Pues lo había olvidado, era jueves.
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⏰ Última actualización: Mar 07 ⏰

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