dos

3.3K 303 241
                                    

Risas constantes venían de una pequeña zona en el bosque, estas risas quedaban bastante extrañas a comparación del ambiente tan callado y calmado del bosque, estas tenían a sus causantes y se trataban de cierto oso de origen noruego y un mexicano con pequeñas alas amarillas sobre su espalda, ambos chicos reían luego de haber tomado fotos del rubio intentado abrazar a un oso que habían encontrado y de inmediato ser atacado, esta foto sería un recuerdo demasiado valioso para el mexicano, tanto así que pensaba si sería buena idea guardarla entre resina como un maníaco.
Apenas llevaba junto a Rubius dos días en el pueblo pero esos pocos días fueron suficientes para que todos los días Quackity sintiera su estómago doler de tanto reírse, ambos chicos caminaban en camino al pueblo para robar algo de trigo y hacerse algo de comer pues al estarse retrasando por todas las bobadas que hacían juntos iban algo atrasados a comparación de otros miembros los cuales ya estaban empezando a planear sus casas.

– ¿Donde te quieres hacer la casa Quackity? Yo planeo hacerla con una bonita vista.

El recién mencionado se quedó callado unos momentos ante la pregunta, por su mente solo pasaba la idea de ir a vivir cerca del rubio pero estaba consciente de que no podía decirle eso si no quería verse como un simp, así que creo rápidamente una respuesta simple.

– Pues quien sabe wey, capaz me hago unos oxxos y me mantengo de esos.

Dijo divertido el pelinegro, Rubius soltó una risa algo escandalosa y siguieron hablando de temas casuales, pero mientras más rato pasaba Quackity se daba cuenta de que cada vez más se perdía en la brillante mirada del oso, aquellos ojos esmeralda brillaban en contraste de la luz del sol pero en el fondo de estos podía percibir cierta travesía, lo analizaria más a fondo si es que no se tratara de su querido Rubius, el chico que de una manera u otra hacia su corazón temblar, el chico que le sacaba risas tan sinceras que ni el mismo sabía que podía ser capaz de reírse así, y el chico que hasta ahora ya tenía toda su confianza, Rubius era asombroso y eso poco a poco empezaba a hacer que le corazón del mexicano diera vuelcos.
Quackity se mantuvo completamente callado solamente admirando los ojos del oso pero su pequeño momento se interrumpió cuando el teléfono del mayor sonó dentro de su bolsillo, haciendo que así poco a poco el oso se alejara del pelinegro para hablar con más comodidad por teléfono, algo a lo que Quackity no le tomó demasiada importancia pues sus llamadas nunca duraban demasiado tiempo, y no se equivocaba pues unos minutos después el mayor volvió a hacercarse a el pero con algo de prisa.

– Oye Quackity Staxx quiere que lo acompañe a minar, no te molesta si nos separamos un poco?

Pregunto el oso con algo de preocupación en su tono por su amigo, tono el cual hizo que el recién mencionado sintiera sus mejillas arder ¿se estaba preocupando por dejarlo solo? El corazón de Quackity dio un salto y por inercia sonrió de la forma más adorable que una persona se podría imaginar.

– Si si tu con calma wey, vas a ver que cuando regreses yo ya voy a tener más cosas.

Dijo con confianza haciendo al mayor reír de manera suave, así fue como Rubius comenzó a correr buscando a su amigo dejando a Quackity solo en mitad del camino hacia el pueblo, el mexicano se quedó ahí unos segundos que hacer y lo primero que se le vino a la mente fue el ir por algo de comer pues desde hace un buen rato su estomago gruñir por la necesidad de alimento. Así fue como el chico decidió seguir avanzando hacia el pueblo esperando encontrar algo con que llenar su apetito.
Quackity era consciente de que Vegetta recientemente había prohibido el hecho de tomar trigo del pueblo pero el pobre azabache parecía un gusano todo chupado de no comer bien así que cuanto estuvo frente del molino juro que estaba apunto de comerse el trigo así sin más, sin embargo un extraño ruido vino entre los trigales, cuando Quackity volteó hacia el sonido dio un brinco del susto y rápidamente grito.

second choices | luckity?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora