Prólogo

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—¿Sabes algo? — me dijo sin mirarme, estaba concentrado prendiendo el cigarrillo.

Me quedé en silencio, supuse que él solo continuaría lo que quería decir.

—Me he dado cuenta de muchas cosas que antes no entendía — le dió una calada al cigarro y continuó —antes veía la vida de una forma distinta, como...— hace una pausa buscando lo que quería decir — que todo me daba igual sabes.

No sabía a qué se refería exactamente así que dije lo primero que se me vino a la mente.

—¿Antes de que?

—Antes de conocerte — dijo sin pensarlo, seguía sin mirarme, con la vista clavada en la calle.

Nos quedamos en silencio, pero no era un silencio incómodo, se sentía bien, porque después de todo, pasar tiempo con él se sentía bien.

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