Floreciendo en Concreto.

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Con cada paso que pasaba, las emociones de Sauki crecían y disminuían. Sus pisadas alternaban entre pisotones y el paso grácil que mostraba sus años como ninja, y su rostro cambiaba entre extremos, euforia, melancolía, furia, cada vez que cambiaba de dirección, bloqueada solo por su dedo mientras corría a través de un sinfín de pasos. escenarios.

"No dije que sí", le recordó a su hermana, durante los últimos cinco minutos había estado sentada en silencio viendo a su hermana saltar de una conclusión tonta a una teoría extravagante. Incluso entonces no pudo negar la mitad de las cosas que Sauki estaba murmurando. Se aferró a la sábana de lino todavía caliente que hacía su cama, incluso ahora se estaba ocultando verdades.

"Pero no puedes decir que no, y eso es peor que un sí". Sauki chasqueó su dedo hacia ella, ni una sola vez mirándola a los ojos. Un suspiro y se detuvo de espaldas a ella y mirando la puerta cerrada. "Así es como Naruto hizo que admitiera mis sentimientos después de todo".

Con un grito de frustración, Sauki le rascó la cabeza y tiró de su cabello. "Todavía no estoy segura de si eso es algo bueno o no, y no tengo ni idea de qué pensar sobre nada de esto". Comenzó a caminar de nuevo, ahora girando un kunai en su mano libre. "Por un lado, es mi novio y se supone que debo estar enojada contigo. Pero no lo soy, y tú eres mi hermana."

"Yo uh," ¿Qué se suponía que debía decir? Ni siquiera sabía cómo responder si alguien se acercaba diciendo que la amaba. Y mucho menos ser el enamorado. No es que lo fuera, ¿quizás, probablemente? ¿Sí? ¿No? Nada de esto tenía ningún sentido para ella. ¿Estaba haciendo todo lo posible para ser feliz y ahora estaba enamorada?

La palabra rebotaba contra cada uno de sus pensamientos, pesando contra cada una de sus acciones. Ella no debería enamorarse. No estaba segura de si debería estar viva. "Solo ignóralo Sauki, sigue siendo feliz con Naruto, yo..."

"¿Tú qué?" Su hermana se detuvo en seco, sus emociones se congelaron en algún lugar entre la furia y la molestia. Sauki giró sobre sus talones, pisoteando ahora. "¿Saldrás de la casa? ¿Te quedarás fuera de nuestras vidas? ¿Para que puedas vivir solo como un ermitaño? Esa tiene que ser la idea más tonta que he escuchado".

"No, eso no va a suceder. No voy a vivir sin mi hermana otra vez", Sauki dirigió un dedo hacia ella y ella entrecerró los ojos. "Y tú tampoco, somos familia".

"Puedo desenamorarme", ofreció ella, no es que estuviera enamorada.

Sauki soltó una risa aguda que cortó el silencio. "¡Ah! ¡He estado tratando de hacer eso durante años, confía en mí, no funciona cuando es un idiota como Naruto!" Gritó eso último, algo que solo hacía una o dos veces... a la semana.

"No, no, no", ella giró sobre sus talones con una sonrisa maníaca en su rostro. "No puedes salir tan fácil. Además, eres una especie de alhelí social."

¿Se suponía que eso era un insulto? ¿Qué era un alhelí? Otra pregunta para hacerle a la entrometida hija de Inoichi.

"Y tienes todo ese aura de 'por favor no me hables' que hace que la gente se aleje de ti," ¿No tenía ella también eso? Menos la cortesía. "Eso significa que la posibilidad de que encuentres a alguien más de quien enamorarte es astronómicamente baja. Lo que significa que estarás sola por el resto de tu vida, y no dejaré que eso suceda. Otra vez."

Por un lado, esto fue lo máximo que han hablado en semanas. Por otro lado, ¿tenía que ser por esto? Sus mejillas ardían y su corazón estaba actuando de manera inusual. Cuanto más hablaba Sauki, más estaba empezando a estar de acuerdo con su hermana, podría tener sentimientos que iban más allá del respeto y la admiración por Naruto.