ೃ [📰] Donde Jimin le es infiel a su omega en estado.
❏ ༉ ┊Jimsu, Jimin alfa / Yoongi omega.
❏ ༉ ┊ Historia corta, omegaverse, infidelidad.
❏ ༉ ┊Creditos correspondientes a: y_loca_15 autor (a) original de la obra.
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Tercer mes...
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Uno...
Dos...
Uno...
Dos...
Constantemente repetía en cada ejercicio, según su obstetra debía hacer ejercicios al menos por cinco minutos para que durante el embarazo no se cansará tan rápido, algo que realmente le gustaba ya que así se mantenía distraído durante el día.
Las semanas pasaban demasiado rápido para el, ya que estaba en su tercer mes y eso lo ponía feliz pues... ¡Ya no faltaba mucho para el quinto mes!
Según el obstetra en ese mes podría saber el género del cachorro, a él le encantaría que fuera niño... Pero sea lo que sea él lo amara mucho y su alfa igual.
El sonido de su hambriento estómago lo hizo parar en lo que estaba haciendo.
—Parece que tú también tienes hambre —sonrió con dulzura mientras acariciaba su vientre.
Camino directo a la cocina en busca de algo para comer, reviso los gabinetes pero no había nada le apeteciera, después reviso el refrigerador encontrándose unas fresas por lo que las tomo. Llevo una a su boca degustando el ácido y dulce sabor de fruta, pero hacía falta algo.
—Crema batida... —y estando de acuerdo con lo que había mencionado camino a la habitación en busca de su dinero y un abrigo.
—Listo, ahora vamos —dijo eso cuando tenía ya todo a la mano y salió directo a la tienda.
En su camino iba tarareando una canción infantil mientras daba saltitos leves, su mañana iba demasiado bien.
Cuando llegó no tardó en encontrar la crema batida y alguno que otro dulce que se le había antojado en el camino, los cuales eran unos chocolates y unas gomitas de gusanito. Mientras escogía las cosas para la comida no paso por alto como unas chicas lo miraban con dejes de burla, mientras se decían algo al oído, poco disimuladas ya que parecía que lo hacían con la intención de que se diera cuenta de que era el de quién hablaban.
—Apuesto que su alfa se cansó de él —fue lo que alcanzó a escuchar cuando paso frente a ellas.
—Solo míralo, ya casi mediodía y sigue con sus chanclas, patético... —un puchero apareció en sus delgados labios.
