Prólogo

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Los rayos que dejaba la lluvia iluminaban todo el interior de la casa, el ruido de las gotas golpear con el techo cada vez se hacía más fuerte, el viento soplaba chocando con las ventanas dando un sonido fuerte y ensordecedor, parecía que la casa pronto se derrumbaría debido a la tormenta, pero muy poco le importaba al castaño todo lo que sucedía a su alrededor, aunque le asustaban las tormentas eléctricas ahora solo podía recordar los momentos que vivió junto a Bright, cada risa, cada caricia, cada abrazo, cada beso, cada palabra de amor y la vida perfecta que tenía, era bastante difícil soportar aquella lejanía que los estaban obligando a vivir por el resto de sus días, se sentía incompleto, incapaz de continuar sin volver a escuchar la voz de su amado pelinegro, simplemente no estaba dispuesto a olvidarse del chico que le había hecho descubrir el amor, no entendía que clase de planes tenía el destino para él.

¿Cómo podría seguir viviendo sin tener al pelinegro junto a él? ¿Cómo seguiría un futuro el cual había imaginado junto a Bright? No sabía si lograría cada sueño que ambos tenían, no quería estar solo en cada uno de los planes que habían hecho para sus vidas, el pelinegro era la persona más importante en su vida, por ello no estaba dispuesto a olvidarlo, quería creer que todo era una pesadilla, que en algún Bright entraría por esa puerta para abrazarlo y contarle lo fatigante que había sido su día, extrañaba cada una de las historias del pelinegro, pero sobre todo extrañaba sus coqueteos, sus pequeños besos de sorpresa, los detalles que tenía con él.

Cada uno de los recuerdos causaba que el menor llorara con más intensidad, las lágrimas parecían salir por si solas de sus ojos tal y como lo estaban las nubes esa noche, con abundante agua tratando de liberar ese peso que tenían en ellas, así se sentía el menor con bastante peso dentro de su corazón, pero a diferencia de las nubes, este dolor no desaparecía, es más cada vez aumentaba su fuerza dejando al castaño cada vez más débil, tenía a Bright en su cabeza a cada instante, estaba seguro de que nunca lograría superar su muerte, era completamente imposible olvidar a la persona que ama y con seguridad amara para toda su vida.

El castaño se encontraba frente a la chimenea, arropado con una de las chompas de Bright que había dejado en casa antes de donar toda su ropa, con lágrimas en los ojos, la nariz un poco roja debido al frío a pesar de estar frente al calor del fuego, sus suspiros eran bastantes grandes, pero cada uno se debía a la persona que se mantenía en su cabeza, Bright.

Era diciembre, la época de navidad era solo un mar de recuerdos junto al pelinegro, lo feliz que este se mostraba cuando armaban el árbol de navidad dentro de casa, los miles de adornos que el pelinegro compraba con casi un mes de anticipación, ahora toda la casa estaba fría sin esa pequeña risa que se escuchaba debido a los programas de televisión mientras el castaño preparaba galletas de chocolate, habían sido 3 las navidades que estuvieron juntos, donde crearon tantos recuerdos que ahora solo podían lastimar el menor.

—Te necesito — susurro abrazando su peluche, ese que Bright le había regalado el primer día donde se conocieron y que no perdía ese olor tan particular — Tengo miedo — otro susurro salió de sus labios escondiendo su rostro en el peluche al escuchar otro trueno romper en el cielo.

Se había mudado a la casa de Bright hace ya un mes, pero era cada vez más complicado soportar la presión que los recuerdos ejercían en su corazón, cada rincón de la casa tenía una historia y sobre todo aquella habitación donde solo la luna fue testigo del gran amor que se tenían, las personas pensaban que Win estaba completamente loco al querer vivir en un lugar donde solo se lastimaría más, pero nadie entendía la falta que el pelinegro le hacía al castaño, solo pensaba en él, en una manera de recuperar la perfecta vida que tenía antes del accidente, ese que le arrebato lo más hermoso que había conocido, Bright era su luz, su salvación de todas las cosas malas que le habían ocurrido, solo él conocía hasta los secretos más profundos que tenía en su corazón, ¿Cómo poder confiar en alguien más si no era Bright? Sus amigos estuvieron junto a él, Off prometió el nunca abandonarlo y sobre todo velar por su bienestar porque sabía el amor que Bright le tenía a Win y no defraudaría a su amigo, quien en algún momento le hizo prometer que lo cuidaría.

Gun durante todo ese mes trato de sacarlo de aquella casa, hacer que se distrajera, llevándole a comer un helado o al centro comercial, pero nada funciono, todo le recordaba a Bright, hasta un pequeño chocolate tenía un recuerdo junto al amor de su vida, no iba a funcionar el tratar de olvidarlo porque nunca lo lograría.

Off se encargó de todo lo que estaba relacionado con la casa, Bright había querido que aquella propiedad fuera de Win y todo se solucionó gracias a un pequeño papel que el pelinegro había dejado firmado, era por ese motivo también que Win no quería salir de esa casa, era suya, su novio había querido que la cuidara y no pensaba en fallarle a ningún momento aunque fuera difícil soportar estar en ese lugar también era su calma, el recordarlo a cada momento dolía, pero tampoco quería dejar de hacerlo, solo de esa manera podía sentirlo cerca, sentirlo junto a él era lo que necesitaba porque lo extrañaba con todo su corazón.

Cartas para navidad│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora