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Cap 23

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Jian Sang estuvo un poco nervioso toda la tarde.

Para ser precisos, le tomó una tarde acostumbrarse al renacimiento.

Sentado en el pequeño banco abajo, ni siquiera se atrevía a subir, y no sabía a qué le tenía miedo. Tal vez estaba preocupado por ver algunas casas en ruinas, o tal vez tenía miedo de abrir la puerta de su casa. recuerda que la parte de atrás todavía está desierta.

Me temo que es un sueño, pero no quiero despertar.

La tía Li solo pensó que no se movió porque sufría un golpe de calor, así que lo dejó pasar.

Por la noche, los mosquitos de verano comenzaron a acechar, no muy lejos de la orilla del río, había cigarras cantando con fuerza, y todo el cielo se tiñó de rojo al atardecer, que era extraordinariamente hermoso.

Sentado en el banco pequeño, Jian Sang de repente escuchó la llamada "Sang Sang sang" de la madre.

Al final del camino, alguien caminaba lentamente, era una mujer con una falda amarilla, tenía el pelo largo y un chal, vestía zapatos de lona blancos, aunque estaban un poco gastados, su temperamento era muy bueno, gentil. y tranquila.

Al ver a Jian Sang, una leve sonrisa apareció en sus ojos.

"Sangsang", susurró suavemente, "mamá ha vuelto".

El sol poniente extendía la sombra de la persona por mucho tiempo.

Los sauces en la orilla del río se mecían suavemente con el viento. El viento de la tarde sopló sobre las puntas de las hojas de los sauces y la falda de la mujer. Era un viento suave, pero aún parecía hacer mil olas en la cabeza de Jian Sang. ¡corazón!

Jian Sang se levantó abruptamente y la miró fijamente.

Wen Ya caminó lentamente frente a su hijo, se cubrió la cara y tosió varias veces antes de decir: "¿Por qué estás sentado aquí, me estás esperando?"

Jian Sang asintió levemente.

Wen Ya miró al niño frente a ella. Si un niño de 16 años estuviera a punto de ser tan alto como ella antes de darse cuenta, se sentiría un poco opresiva cuando se pusiera de pie frente a ella. El rostro de Jian Sang era guapo y guapo, algunas partes se parecen a ella, aunque su temperamento es relativamente pesado, y toda la persona parece abandonada, pero de hecho, solo ella sabe cuán bondadoso es este niño y cuán buena es su personalidad.

Wen Ya levantó la bolsa en su mano y preguntó con voz cálida: "¿Ha pasado mucho tiempo?"

Jian Sang tomó la bolsa y respondió en voz baja.

Tenía que mantener la cabeza baja para que su madre no se diera cuenta de que las cuencas de sus ojos y su nariz estaban rojas y no podían evitar que se agriasen.

Cuánto tiempo.

¿Cuál es el final de esta tarde?

En los largos años, un año, dos años, cinco años...

Ha esperado demasiado en su memoria.

Wen Ya no encontró la anormalidad del niño, solo lo siguió escaleras arriba y, por cierto, habló sobre la situación de batalla de salir a buscar trabajo todo el día de hoy.

Después de llegar a la casa, abrí la puerta y todos los muebles parecían iluminar los recuerdos tan preciados de Jian Sang. La casa estaba muy limpia, pero había pocas cosas, el viejo sofá y el televisor cubierto de tela blanca con pocas estaciones Hay muchos rábanos secos secándose en el balcón junto a la ventana En la noche bochornosa, lo único hay en la casa es un ventilador eléctrico viejo y chirriante.