Dos

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—Gracias por traerme hermanita, no recordaba que se te diera tan bien ir en moto, además hoy... Te queda bien — reí aún subida sobre la moto. —¡Nos vemos a la salida! —dejó el casco sobre el sillón de la moto y salió corriendo para juntarse con su grupo de amigos. Apenas me dio tiempo a quitarme el mío.

Suspiré y ahora sí, me quité el casco. Pude notar muchas miradas sobre mí, cuchicheaban y comentaban, y yo ya no sabía si era positivo, negativo, si comentaban mi accidente o la harley que había traído a clases, esto empezaba a ser nuevo para mí. Me sentía un extraterrestre recién bajado de Marte.

Busqué con la mirada a Sana, no sé qué pretendía tampoco. Con mi historial no iba a acercarme a ella y preguntarle si quería ir a comer conmigo, pero dentro de mí solo me apetecía verla.

Los susurros no cesaban y comenzaba a estar un poco harta. Antes de que pudiera dar más de dos pasos, dos chicas se acercaron a mí de golpe.

—¡Tzuyu-ah! ¿Y esa moto? Tienes a todo el mundo sorprendido —dijo una chica morena.

¿Quiénes eran estas chicas? ¿Las conocía de antes o directamente son desconocidas por culpa del golpe?

—Yo... Sí, bueno, me la regalaron hace unos meses —reí nerviosamente. —Eh... ¿nos conocemos?

—Sí, bueno, nosotras a ti sí. Yo soy Yena y ella es Wendy—sonrieron—Te sienta muy bien la moto.

—Sí, estás muy... cambiada— la morena sonrió ¿vergonzosa? Estoy teniendo alucinaciones. ¿No se supone que yo era una friki?

De pronto una mano apareció y me sacó de ahí.

—Holaaaa, me la llevo, chao—dijo Dahyun de la nada. —¿Quiénes eran esas chicas? ¿No las conozco, no?

—No Tzuyu, no las conoces, lo que pasa es que tienes a toda la facultad babeando por ti. ¡Hay gente que se piensa que eres nueva!

—¿En serio?—me ruboricé.

—La verdad es que estás muy guapa pero... ¿y este cambio?

—Bueno... —me interrumpió.

—No será por...

—Sí y no digas nada que ya me ha contado todo Kahei, estoy advertida. No te preocupes por mí.

—Pero...

—Dahyub... Está bien—acaricié su brazo de forma tranquilizante.

—Vale, no insistiré. Pero si pasa algo la mato—asentí y reí —Y no la soporto, así que vas a tener que tragarte mis comentarios—rodé los ojos y asentí de nuevo-.

—Hablando de la reina de Roma.

Me giré para ver de qué estaba hablando y de pronto sentí mi mandíbula caer al suelo. No la recordaba tan increíble.

Llevaba unas botas altas, una camiseta ajustada con unos pantalones ceñidos. Su cabello era negro y desprendía un poderío que jamás había visto, como si este instituto le perteneciera y todo el mundo estuviera a sus pies. Ella estaba situada en el centro, a sus lados estaban sus amigas, que por cierto eran bastante guapas, y detrás les continuaban dos chicos más.

—¿Quiénes son las dos chicas? —pregunté curiosa.

No es que me hubiera olvidado de ellas, de hecho, reconocía sus caras, es que directamente siempre me importó entre cero y nada toda esta gente y nunca les presté atención, y ahora mismo me encontraba en una duda enorme sobre quiénes eran los amigos de mi novia.

Bueno, novia imaginaria.

—La rubia es Somi, una idiota, de ahí que sea rubia — Dahyun rio con su propio chiste. —Y la morena se llama Irene. Tiene a todo el mundo detrás, si es que no lo están ya de Sana.

𝓛𝓸𝓼𝓽 𝓜𝓮𝓶𝓸𝓻𝓲𝓮𝓼 - 𝓢𝓪𝓽𝔃𝓾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora