ÍTNAHS <Yoomin>

SINAG (Capitulo 1)

En algún momento de su vida pensaron que las cosas llegan por qué tienen un destino en la tierra con la cual cumplir para terminar algo que en su vida pasado no lograron, pero.. y si en el transcurso de su misión encuentran a esa persona... Su alma gemela, talvez su misión podría cambiar de dirección, la pregunta aquí es  ¿Puede verdaderamente cambiar o que esa sea su real lucha? Pelear por lo que en algún momento no pudieron tener.

Alguna personas no creerán en las almas gemelas o en el hilo rojo que los une, se podrán detener a leer las historias de tragedia de estos con una esperanza en su interior que quisiera tener ese tipo de amoríos aún sin aceptarlos.

Cada vida, cada historia, varias posibilidades, un  único final ya escrito, "son tus propias acciones las que podrán cambiar ese final", pero al inicio de es esta historia siempre comenzó... con un rayo de luz.

¿?

Aire se apegaba a mi cara acariciandola, mientras que a mí cuerpo sentía algo cálido rodeandolo y apresar del dolor en todas mis extremidades podía disfrutar de este algodón.

Mis ojos empezaron a abrirse y con el la luz que llegaba ante ellos, no sabía dónde me encontraba, ni quien era el mismo o como llegó a esa mini cama donde se encontraba rodeado de una tela cartemis que parecía una casa pequeña, trataba de no mal pensar la situación como un tipo de secuestro, talvez alguien me trajo aquí de manera buena... Si, talvez.

Mi mente trataba de divagar en lo que me trajo hacia acá, pero no logró mi objetivo, sigue sin darme alguna señal.. es como si nunca hubiera estado vivo y mi primer recuerdo fuera este, ¿Tenía miedo? Claro que sí, pensar en mi metabolismo decía lo suficiente como ser inservible tratar de poder defenderme de alguna manera brusca.

Y... Espera...

¿Son pisadas?...

Si!!

Entro en pánico, podría ser bueno o malo, no lo sabía y trataba de no pensar en eso cuando mi vida posiblemente corra en riesgo, el miedo me consumía, talvez si me hacía el dormido... ¡Si! Eso haré. Acurrucandome otra vez en la cama cierro mis ojos con fuerza mientras que mis manos ocultas en la fina capa de algodón se cerraban entre ellas me quedaría otros moretones más en mi cuerpo eso era seguro.

Siento las pisadas detenerse alado mío, quien sea era un misterio y no tenía la valentía necesaria para abrir mis ojos, pero tan solo una frase hizo que mis esperanzas de sobrevivir dieran hecho destruidas al escuchar un... —Se que estás despierto, habré los ojos— Esa voz tan extraña para mí que me dejó sin salida hizo que mi visión otra vez sea entretenida por esa luz segadora, pero ahora unos ojos gatudos se hacían presentes también.

–¿Quién eres y... Por qué me trajiste hasta acá?– solté levantando un poco mi voz, para solo tratar de imitarlo, pero este ni se imutuo lo que me hace pensar que me salió tan terriblemente que ahora sería mucho pensar que soy un tonto.

El de ojos gatudos solo tomo paso hacia una silla en la esquina de la cama para tomarla y arrastrarla hacia quedar frente mío mirándome aún con su mirada tan negra como mi mente.. que buena referencia...

Para estás alturas yo me encontraba ya sentado y con una mano en mi abdomen sintiendo un dolor intenso observando cómo mi mano estaba vendada al igual que casi todo mi cuerpo y aun sintiendo los ojos sobre mi también lo miro y desearía que no causará tanto temor.

—Por que tendría que responder...— Esa voz tan seca y decidida, siento que la conozco, la necesidad de recordar se hace presente pero fallo —Yo hago las preguntas ¿Quien eres tú?— me creerá si le digo que ni yo sé quién sea.

–Bueno... pues, no lo sé– trato de ser lo más creíble posible ante mis palabras pero siento que yo estoy siendo ilógico quien me lo creería con una persona como el.