Desperte en una cama de hospital, me dolia mucho la cabeza, pero esa habitacion, estaba cerrada, no podia salir de alli.
-hola?? Grite
-Hoy a llegado tu hora ____(tn). Escuche una voz.
Me gire lentamente y pude ver una figura muy grande y negra, tenia muchas bocas y antes de gritar pense que podria ser Zalgo.
-No me mates porfavor. Dije medio llorando.
-No te hare daño. Dijo con su voz estruendosa.
-Qu-que quieres de mi. Pregunte tragando saliva.
-tu me ayudaras, pero solo debes matar a todos y si te matan, morire junto a ti.
-no quiero morir.
-Te sacare de el psiquiatrico, y podras acabar con los que te hicieron daño.
-esta bien, lo hare.
Me llevo al centro de la ciudad, tenia miedo, me dio una bomba que acabaria con todos. La puse en un rincon.
-Ya esta Zalgo, haz lo que tengas que hacer, pero... yo morire.
-Es lo que quiero, aunque, parte de tu alma es la mia, a si que si mueres morire yo, a si que te quitare el alma. Dijo muy psicopatamente.
Pense que si me mataba yo, el mundo quedaria libre de la muerte, pero por otra parte, los que me habian echo daño moririan, pero...
No, me suicidare para matar a Zalgo, lo decidi.
Corri hacia una carniceria.
-No huyas, solo dejame quietarte el alma.
Coji el cuchillo del carnicero y... me lo clave.
-Niña estupida que as echo, ahora morire sin haberme echo con el poder.
Me di cuenta antes de desmayarme por desangrarme que la bomba iba a estallar, yo mori, Zalgo tambien, pero la ciudad estayo. En el fondo sabia que la invasion de Zalgo, no habia terminado.
Continuara...
En la parte 2