Lan Zhan Virgen

Capítulo 10 : Epílogo

Resumen:

7 años después

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Lan Zhan se rió mientras su hijo ponía la oreja contra su hinchado vientre por centésima vez ese día.

"¿Por qué no se mueve?" preguntó Wei Yuan.

Lan Zhan pasó los dedos por el pelo de su hijo. "Debe estar durmiendo". Él y Wei Ying no sabían todavía el sexo de su bebé, pero A-Yuan estaba convencido de que era una niña. Lan Zhan sabía que, aunque se equivocara, seguiría emocionado. Desde que le dijeron que estaba embarazado, no paraba de hablar del bebé. Eso le alegraba el corazón. Esperaba que tuvieran una relación tan estrecha como él y su hermano.

Wei Yuan hizo un puchero. "Siempre está durmiendo. Baba, ¿cuándo llegará?"

"Dos semanas más, si llega a tiempo".

"¡Más le vale! Quiero alguien con quien jugar".

Sonrió. "Pasará algún tiempo antes de que pueda jugar, pero estoy seguro de que apreciará un cuento".

Wei Yuan sonrió en respuesta. Era un niño muy bueno, haciendo todo lo que podía para ayudar a su baba a superar su embarazo.

"¿Te lavaste los dientes?" La sonrisa de Wei Yuan disminuyó. Lan Zhan le dirigió una mirada. Era igual que su a-die. Su mente estaba tan llena de pensamientos brillantes y creativos que a veces se olvidaba de hacer tareas sencillas. "A-Yuan, ¿quieres otra caries?" Sacudió la cabeza. "Entonces tienes que cepillarlos. Date prisa. Nuestros invitados llegarán pronto".

Wei Yuan se levantó del sofá y corrió al baño mientras Lan Zhan iba a comprobar la comida.

Hoy era el séptimo cumpleaños de Wei Yuan. Muchas cosas habían sucedido en siete años. Lan Zhan había aumentado el número de cursos que cursaba en la universidad para poder graduarse antes. Él y Wei Ying se casaron poco después en una pequeña pero fastuosa ceremonia. Wei Ying cambió las cosas en el trabajo para poder trabajar a distancia la mitad de la semana y cuidar de A-Yuan mientras Lan Zhan seguía estudiando veterinaria. Consiguió graduarse en un periodo de tiempo relativamente corto, por lo que Wei Ying se enorgullecía de presumir de sus logros ante todos sus conocidos ("Mi esposo es el hombre más inteligente del mundo", decía, irradiando orgullo y una cantidad igual de lujuria). Lan Zhan encontró un trabajo en un hospital de animales cercano, especializado en "razas exóticas" (que tendía a ser un término general para cualquier cosa que no fuera un perro o un gato). Unos seis meses después de empezar ese trabajo, entró en celo, y de ahí, quedó encinta. Wei Ying lloró con la noticia, eufórico por ampliar su familia.

El pequeño iba a nacer pronto, y toda la familia estaba ansiosa. Wei Ying estaba casi tan impaciente como A-Yuan.

Lan Zhan oyó el código de la puerta y, un momento después, Wei Ying irrumpió en ella.

"¿Dónde está mi pequeño rábano?", exclamó.

Wei Yuan llegó corriendo por el pasillo, con el cepillo de dientes todavía colgando de la boca. "¡A-die!", gritó como pudo con la boca llena. Corrió hacia los brazos de Wei Ying que lo esperaban antes de ser levantado del suelo.

"¡Te extrañé!"

"Muy bien ", intervino Lan Zhan, encogiéndose ante la pasta de dientes que ahora goteaba en la mejilla de Wei Ying. "Deja que termine de lavarse los dientes primero. Luego puedes consentirlo".

"Yo no lo consiento", rebatió Wei Ying, pero hizo lo que le decía. A-Yuan volvió corriendo al baño. Wei Ying dio un paso adelante y atrajo a Lan Zhan hacia su brazo, dándole un beso abrasador. A pesar de tener un hijo y otro en camino, la pasión que sienten el uno por el otro nunca se redujo. "¿Cómo estás, cariño?"