Porristas

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Ran Tenjiku x Kakucho chiquito

- Mírame, pero mírame completo, ¿No luzco lindo?- hablo el pequeño niño mientras daba vueltecitas para que lo mirará su vecino con el que llevaba tiempo saliendo a escondidas de sus padres

- si bonito, te ves muy lindo ¿De dónde sacaste esto?- pregunto jugando con los bordes de la falda de porrista que llevaba con orgullo el pequeño

- Quise entrar al equipo de animadoras de mi escuela y ...-

- ¿Aceptan hombres en esos equipos? - pregunto con sorpresa al pensar en que otras personas podrían ver a su niño vestido así.

A Ran no le gustaba esa idea, mirarían con morbo a su pequeño, devorarian con la mirada su pequeño ser

- no, no aceptan, me rechazaron y me dijeron que era raro, me pegó también un niño llamado Mikey, él es malo, dice que soy un llorón y débil y que los niños débiles somos como cucarachas o algo así- agachó la carita con un puchero indicando que si seguía con la historia iba a empezar a llorar.

A Ran no le gustaba ver llorar a su pequeño kaku, se le rompía el corazón cada que esos enormes ojitos se entrecerraban y empezaban a brotar lágrimas mientras apretaba su labios para no llorar fuerte, su boquita temblaba y sus manitas empezaban a frotar su cara queriendo hacer que las gotas saladas desaparecieran, kakucho era un niño muy triste cuando lo conoció.

Había acabado de mudarse la familia Haitani en aquella casa que llevaba cerca de 3 años sin ser habitada por el motivo de la fama que tenían  los antiguos dueños.
Kakucho no quería recordar mucho de eso, incluso a la actualidad entrar en la casa de Ran le daba pánico por lo que había tenido que pasar por culpa de aquellos tipos.

Kakucho desde pequeño había tenido claro que le gustaba la ropa de mujer, las faldas y vestidos coloridos, no se sentía una chica pero se sentía más cómodo luciendo bonito sin embargo su padre constantemente le decía que eso estaba mal, le decía que tenía que ser masculino, vestir con ropa más ruda, incluso lo hacía llevar el cabello a raz.

Se hizo amigo del vecino, un adolescente llamado Haruchiyo, él tenía la misma edad que Ran y solía ser el único que le hablaba ya que kakucho era muy tímido, kakucho sintió que eran amigos y como todo niño inocente rápido entregó su confianza al albino hasta el punto que le dijo que disfrutaba de vestirse como mujer, él no sabía que eso le traería grandes consecuencias.

El albino había estado frecuentando con gente mala, gente muy mala, había empezado a salir con el líder de una secta, Izana Kurokawa, este lo había convencido de que si quería estar con él debía estar igual de solo que él, un hombre que había vivido casi toda su vida siendo huérfano y a dos 26 años seguía completamente solo con un montón de idiotas que le creían todo lo que decía.

Haruchiyo amaba a Izana así que esa noche acabo con la vida de sus dos hermanos y sus padres y estuvo una semana conviviendo con cadáveres, actuando normal, llendo a la escuela y hablando con sus vecinos, incluso iba a la iglesia.
El albino orgulloso le contó a su pareja su hazaña, este por primera vez en mucho tiempo lo trago con calidez como recompensando el asesinato como si de una buena nota se tratara, abrazándolo y diciéndole que era la luz en si vida, llenándole la cabeza de mentiras para seguir jugando con la cordura del adolescente.
Finalmente Izana sabiendo que lo tenía bajo su mando le dijo que consiguiera un niño, alguien especial, de preferencia un hermafrodita o alguien que se identificara con el sexo contrario explicando algo acerca de un demonio con ambos sexos que necesitaba un sacrificio con esas características, rápidamente Haruchiyo pensó en su pequeño vecino, el creía que por vestir de mujer este se identificaba con una dama así que empezó a planear en como atraerlo para la fecha en que Izana le dijo que llevaría a su secta por la noche a su hogar.

Cuestionable _ RanKaku #RanKakuWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora