Ships in the night

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Sobre mi almohada
No me puedo cansar
Compartiendo mi frágil verdad
Esperando que la puerta aún esté abierta

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Septiembre 2, 2022

"J..Jimin, joder," no puede controlar la forma en la que aprieta sus ojos con fuerza, facciones arrugándose y dientes mordiendo su labio inferior quizás hasta demasiado profundo. "Joder, ahh, j..joder.."

Sus manos se pasean desorientadas por todas partes; queriendo tocar todo, queriendo sentir todo. Sus piernas tampoco pueden quedarse quietas de a ratos; moviéndose por el colchón de forma incoherente como respuesta inconsciente a todo el placer que siente, incapaz de soportarlo.

¿El culpable?

Claro que Jimin, ¿cuándo no lo es?

Jungkook pudo haberse acostado con muchos hombres y mujeres en sus veintitrés años de vida, pero aún le queda encontrar alguien que folle mejor que Jimin.

Simplemente no hay nadie, Jungkook lo tiene más que claro.

La forma en que se mueve, en que suena, en que lo trata. La versatilidad en su personalidad a la hora de tener sexo, siempre sacando el lado suyo que siente en el momento, siempre con un filtro nuevo. Su cuerpo y su voz. Sus curvas y sus gemidos, sus sollozos. Sus sonrisas traviesas y su dominancia, cuando quiere, claro. Su flexibilidad y su predisposición a todo.

Jungkook no cree poder encontrar algún día alguien con quien se complemente de forma tan perfecta como lo hace con Jimin.

Que en realidad sean mejores amigos es otro asunto.

"¿Qué sucede, Jungkookie? ¿Hm?" el rubio del par baja las manos de tocar su propio cuerpo y éstas caen sobre el torso contrario, aquel toque estremeciendo a Jungkook como si fuese electricidad pura.

El sudor hace brillar su blanquecina piel y su cuerpo entero quema de tanto esfuerzo, de tantos minutos montando a Jungkook. Y si bien cada uno de sus músculos le está pidiendo a gritos que le ceda el control a su amigo, nada disfruta más que esto.

Tenerlo así, debajo suyo y a su completa merced.

"¿Estás cerca de nuevo?" su sonrisa traviesa contrasta con sus pequeños ojos seductores, cuerpo deteniendo sus movimientos por completo y sentándose propiamente sobre la pelvis contraria.

"Sabes que sí," Jungkook siente que puede respirar en paz, al menos por un segundo; aunque su pecho no deje de subir y bajar agitado.

Jimin muerde su labio inferior, orgulloso de saber que sí, que Jungkook está cerca.

Principalmente porque más de un año siendo amigos con derecho hizo que conocieran el cuerpo del otro a la perfección, como si fuese el propio. Los ojos, las reacciones del cuerpo, el tono y tipo de los gemidos; todo conocen del otro, todo les indica cuándo seguir y cuándo parar, cuándo dar más y cuándo dar menos, cuándo dar de una forma y cuándo dar de otra.

"Te preguntaría cómo o si ya quieres acabar..," Jimin sube sus manos por el sudado pecho contrario, sonrisa pícara jamás borrándose de su rostro. "Pero sabes que siempre hago lo que quiero."

Jungkook sabe por experiencia que no tendrá tiempo ni siquiera para quejarse, y lo comprueba una vez más cuando Jimin nuevamente hace lo que quiere y no le permite decir ni una palabra antes de resumir sus movimientos. No son saltos desaforados como los de hace apenas dos minutos, sino que opta por sólo mover sus caderas, miembro contrario hundido profundo dentro suyo. Se mueve hacia adelante y hacia atrás, en círculos, en tentadores empujones y aquello es más que suficiente para que Jungkook vuelva a perderse en la locura.

Sweet Night [Kookmin OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora