15•02•2009
Hoy como hace cada dos años, estoy esperando en una camilla de el hospital central de mi ciudad, mis padres están a mi lado pidiéndole a Dios, que mis quimioterapias por fin den resultados.
Ya no tengo ni una pizca de esperanza, cada semana es lo mismo y nada da resultados,estoy cansada de vivir en el hospital mis últimos días de vida, yo también quiero vivir como cualquier adolescente de 17 años haría y siempre se lo hago saber a mis padres pero me siguen dando la misma respuesta.
—Hija, sabes que no podemos hacer eso, necesitas estar en el hospital para poder seguir con tu tratamiento.— Me dice mi padre y mi madre lo apoya con un asentimiento.
—Los dos saben que el tratamiento no está dando resultados, y yo no quiero morir en una cama de hospital—Me detengo un momento por qué estoy al borde de las lágrimas.—Yo tengo metas, también me quiero enamorar, que me rompan el corazón, cometer errores como cualquier persona de mi edad, yo también quiero salir a fiestas, ir de compras, comer todo lo que pueda, beber hasta tener resaca la mañana siguiente, ¡Joder!, quiero vivir al máximo hasta el último respiro que tenga.—
—Hija...—Empieza a decir mi padre, pero mi madre lo interrumpe.
—Un solo tratamiento más y si no da resultados te juro por ti que eres lo que más amo, que vendrás a vivir con nosotros como cualquier persona, lo juro.—Me dice mi madre mientras un par de lágrimas rebeldes le caen por las mejillas, observó a mi padre, siempre lo he visto fuerte, inquebrantable, pero por un momento, solo por uno, deja caer su máscara y a través de sus ojos se logra ver qué el también sufre, tanto como mamá o yo.
—Madre, padre, ustedes saben que los amo con todo mi corazón pero yo también tengo derecho...—Y dejando caer algunas lágrimas los envuelvo en un cálido abrazo.
Me separo de ellos y le asiento a la enfermera que está esperando en la puerta para llevarme.
Después de el tratamiento, salgo muy cansada directo a mi habitación , el doctor me dice que mis padres se retiraron hace media hora para descansar un poco.
Cuando sale y me deja a solas con mis penas, me dispongo a llorar libremente dejando salir todo lo que he estado reteniendo, tengo que ser fuerte por mis padres, ellos lo merecen, pero a veces hay ocasiones en las que no puedo más y exploto, me siento muy cansada , más emocionalmente que físicamente, no tengo a nadie con quien desahogarme.
Cada vez que me miro al espejo mi imagen es aún más deplorable que la última vez, mi cabello se empezó a caer el primer año de las quimios por lo que tengo una brillante y reluciente cabeza, ay bolsas moradas bajo mis ojos, mis labios están secos y sin color, estoy más pálida que nunca, mis ojos están sin vida, sin brillo y no puedo hacer nada para cambiar mi mirada, y creo que nadie puede.
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un corazón para ti y para mí.
Короткий рассказdos personas un corazón poco tiempo ¿podrá está historia de amor, ser llevada a cabo a tiempo?