ᴇxᴛʀᴀ

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Había una pequeña sonrisita en los labios de Shownu mientras su omega repartía varios besos por todo su rostro, un cosquilleo familiar se enroscaba en su estómago. A estas alturas ya sabía que era imposible recibir atención de Kihyun sin sentir un sinfín de emociones.

Lo observó un momento, con los ojos pequeños por haberse despertado hacía poco. El rostro de Ki se notaba brillante por los rayos del sol que se colaban por los grandes ventanales, el color blanco del lugar hacía verlo más espacioso. Era cálido, agradeciendo internamente la calma en el ambiente, era maravilloso simplemente por el hecho de que eran contados los momentos así, no se quejaban de nada, después de todo, ellos escogieron esa vida y estaban felices, sin embargo, era agotador estar en constante movimiento y ocupados.

Kihyun encima de su cuerpo, ningún espacio entre ellos, besos aquí y allá... Shownu reforzó su agarre en las caderas contrarias, moviendo los pies ligeramente contra los de su pareja para recibir caricias constantes.

¿Había algo mejor que eso? ¿Alguien podría ser más afortunado que él por ser plenamente bendecido con su vida? Shownu se preguntaba eso con frecuencia. Se respondía a sí mismo, no creía que otro alfa fuese tan dichoso.

La noche anterior, aprovechando que se habían desocupado de sus obligaciones temprano, decidieron tener una velada romántica improvisada, no tenían una idea exacta de qué ocurrió, pero de pronto, ambos se quedaron dormidos en el sofá, entrelazados entre sí. Despertaron un poco desorientados, pero luego cayeron en cuenta.

-¿Ki? -Shownu murmuró con voz levemente ronca, pero aún así sin perder el toque dulce. Recibió un -casi- inaudible "¿Hmm?"- Estaba pensando en pedir mis vacaciones pronto, me gustaría que hiciéramos un viaje.

-¿Es por él? -no pudo evitar sonreír, dando una sutil caricia a la tersa mejilla del contrario. Su corazón se sintió cálido.

-Les dimos lo que querían en su cumpleaños, pero Honey sólo pidió el viaje y tuvimos que posponerlo por mi trabajo, no me parece justo...

Era entendible que su lobo tuviese remordimiento, también se había sentido mal a pesar de que el pequeño fingió no tener problemas con ello.

-Se pondrá muy feliz, y...

De pronto, Kihyun se vio interrumpido por el sonido de dos personitas y pisadas, provenientes de las habitaciones.

-Se han despertado... rápido, hazte el dormido -susurró con rapidez el alfa, quién seguido escondió su rostro en el cuello del mayor, riéndose en el proceso. Kihyun lo abrazó, divertido, pensando en lo tramposo que había sido Shownu por esconderse.

Los revoltosos pasos se escucharon más y más cerca, hasta estar en la misma habitación. Dos personitas caminaron hasta el sofá, sorprendidos de verlos durmiendo todavía.

-¿Por qué están durmiendo en el mueble? -cuestionó una voz infantil, era Jooheon.

- Honey, no seas tonto -dijo entonces Naeun, sonando obvia- No van a responderte, están dormidos.

El mencionado subió al sofá, montándose encima de sus progenitores.

Empezó a sacudirlos tratando de despertarlos (aunque seamos sinceros, no era mucha la fuerza que empleaba), mientras que Shownu se aferraba aún más al cuello de Ki para que no vieran las sonrisa que tenía en el rostro. El omega, por su lado, quería reír.

-¡Despierten! ¡Estamos muriendo de hambre!

- Naeun, no está funcionando - esta utilizó sus piernas cortas para saltar a un lado de su hermano, para zarandear a sus padres con el ceño fruncido.

Pero era inútil, se decían los cachorros, sus padres estaban en un profundo sueño y ellos sentían sus pancitas sonar del hambre.

Era bastante claro, de los mellizos, Naeun, quien tenía cabellos rubios como su papá Ki, ojos grandes, y un bonito lunar cerca de su labio, Jooheon, el castaño con adorables hoyuelos e instintos de alfa. A sus cinco años, eran muy inteligentes y desastrosos para su propio bien.

¡ᴇs ᴍɪᴏ!  [sʜᴏᴡᴋɪ]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora