Miércoles por la mañana, el despertador vuelve a sonar. Lo apago y me levanto. Odio las mañanas, me recuerda que sigo viva un día más.
Mientras me visto miro un rato el móvil, no se que hacerme hoy en el pelo. Al final me hago un moño y me pongo una camiseta larga y ancha con unos pantalones largos. Voy a un colegio de monjas y no puedo enseñar ni las rodillas, ni el escote, ni el ombligo, ni los hombros. Algún dia de estos nos prohíben enseñar la cara y todo.
Hoy tengo un examen de mates, no he estudiado una mierda, pero nunca lo hago. Mis padres me recuerdan cada día que no llegaré a nada. No paso de los estudios, solo que no se me quedan las cosas en la cabeza y no apruebo. Así que ya paso de estudiar, total, supenseré igual.
Bajo a desayunar, mi madre aún duerme, nunca se despierta conmigo. Voy sola al instituto, bueno, sola sola no. Suelo ir con Esther, mi mejor amiga del instituto.
No tengo hambre, no se ni por que bajo a desayunar, si nunca como hasta la hora de la comida. Me llama Esther diciendome que salga ya de casa.
Me cuelgo la mochila y salgo de casa, no he cogido merienda ni agua. Nunca he llevado cosas de esas. Bueno si, hace un año si comía bien y beber nunca he bebido mucho. Dejé de comer hace unos meses, cuando ya estaba cansada de los comentarios hacia mi cuerpo o cuando comencé a pensar que mi cuerpo es una mierda, siempre uso ropa holgada, y si es verano uso tops metiendo barriga 24/7. Mi madre siempre me ha recordado lo poco delgada que soy, así que supongo que llegó un momento que me lo creí también.
Cuando veo a Esther la abrazo y comienzo a fingir mi mejor sonrisa.
-¡Tía!, ¿Que tal?, ¡Buenos dias!-.
-¡Esther! -sonrío- todo genial, y buenos días a ti también -me río al verla saludarme con tanta intensidad como si no hiciera dieciocho horas que nos habiamos visto-. Bueno, ¿Vamos a clase ya?-.
Caminamos hacia el colegio y de mientras nos vamos contando cosas, me pierdo varias veces mientras hablamos, suelo desconectar muy rapido cuando me distraigo con algo tan sencillo como una planta. Me pongo a procesar si se podría comer, si se podria romper, si me la podría llevar a casa y cuidarla... Pero más o menos me voy enterando de las cosas que me cuenta Esther ya que está acostumbrada a repetirlas mil veces solo para que me pueda enterar bien. Cuando llegamos al colegio nos juntamos con nuestro grupo de amigas y me saludo con todas, pero a ellas no las abrazo ni les doy besos, no me gusta demostrar mucho afecto emocional a otras personas, solo de vez en cuando.
Todo normal en el colegio, comienzan las clases, me duermo, hablo con mis amigas, apunto cosas, dibujo... lo normal en mí. Llega la hora del patio, cojo mi libro y me voy a sentar con mis amigas mientras ellas cuentan cosas yo leo y a veces escucho algo y doy mi opinión para que no noten que algo raro puede pasar. Nadie se percata que no como, suelo pedir comida pero conozco a mis amigas y dirán que no asi que me hacen un favor.
No solo sabes que te dirán que no si no que sabes que luego te sentirás culpable
Gracias conciencia, no me habia dado cuenta.
Sinceramente no se por que sigo intentando salir de esta, se que recaeré una y mil veces. Me importa y a la vez no, es raro de explicar. Aún me acuerdo cuando estuve saliendo con un chico, Marcus, y me intento sacar de ese pozo en el que vivo. No le salió muy bien, cuando vió que era casi imposible sacarme de ahí se canso y se lió con la primera que chica que le tiró caña de fiesta. No le guardo, en verdad es nor....
-¡Jessica!- mi preciosa profesora de biología me saca de mis pensamientos.- ¿Me estás escuchando?-
-Si, si. Perdón profesora.- vieja amargada, pienso, no lo digo en alto porque bastante tengo ya con llevar su asignatura suspendida con un cuatro ochenta. Me tocará hacerle la pelota todo lo que queda de trimestre. Hago como que escucho a la profesora y apunto algunas cosas, tambien molesto a mi compañero de al lado. Que sinceramente no se como me soporta.
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La muerte me persigue
RomanceJessica Harlem, una chica de 16 años, ha vivido muertes que le han dejado heridas, ya no solo internas, si no externas también. Todo se desmorona tras las tres últimas muertes que han pasado en su vida, más los comentarios de su madre, más los prob...