La primera vez que te soñé realmente era una pesadilla, tenia una gran angustia en el pecho que no me dejaba respirar bien, un miedo que crecía a paso acelerado junto con el recorrido que mi cuerpo daba en aquel bosque de árboles de hielo y flores de sangre, una ventisca comenzó a borrar mi vista, sentí como el frío calaba mis huesos a cada paso que daba y al llegar a un lago congelado te vi. Por fin desde mi niñez y estos sueños tan recurrentes pude verte, esperándome al otro lado de aquel lago pero en tu mirada deseabas que no te hubiera podido encontrar.
Tus labios rojos como las flores de aquel bosque dejaron asomar un sonrisa melancolía, que dejó entre todo aquel frío una tristeza profunda en mi interior, tu piel blanca se fundía con los copos que caían y a lo lejos te escuché gritar.- Escribe por lo que somos y escribe por lo que fuimos Dalia -
Mire como tus palabras se las llevaba el viento, al igual que tu cuerpo iba desaparecido poco a poco dentro de la tormenta de nieve que ya nos había envuelto por completo, todo fue tan rápido pero en tus ojos ya no había tristeza, solo encontré el amor más puro reflejado en aquellas pupilas color ámbar.
Sentí mi corazón romperse, el dolor más grande que había tenido en toda mi vida y así desperté entre la penumbra de mi alcoba, los rayos de luna filtrándose cómo goteras por el gran ventanal que estaba enfrente de mi cama, mire mi reflejo en el espejo y las velas formaban sombras macabras a mi espalda, mis manos temblaban, cubierta de sudor asta la espalda y con mi pelo blanco completamente alborotado mis ojos lloraban.
No pude dormir en todo el resto de la noche, sentada frente aquel ventanal y el fuego de la chimenea tronando una canción desafinada, contemple la caída de los primeros copos de nieve y el inicio de algo que yo aún no entendía.
Soy Lady Dalia, la última descendiente y portadora de la sangre de los Nuit, hija del Conde Dar y Condesa Lid aunque otros me conocen por otro nombre o mejor dicho apodo.
A la mañana siguiente mis ojeras delataban mi aventura por la madrugada y las sombras macabras causadas por las velas, Isal cómo era de esperarse al verme no contendría su preocupación que le comenzaba a brotar de lo más hondo de su corazón.
- ¿Señorita Dalia paso algo durante la noche? -
- Solo tuve una pesadilla Isal -
- Hubiera solicitado de mi presencia para que le prepara algún te o simplemente estar a su lado señorita Dalia -
- No quería despertarte y más sabiendo que estabas con el -
Di una mirada pilla a la que Isal solo puedo sonrojarse y decir.- ¿Cómo es que se enteró Señorita Dalia? -
Isal es mi Damisela de honor desde que yo tengo uso de razón, ella a cuidado de mi en todo los momentos de mi vida aún joven, pero la verdad es que solo tiene 3 años más que yo. Mis padres la adoptaron en la familia cuando yo aún estaba en el vientre de mi madre y decidieron que ella cuidaría de la hija de unos Condes. Hemos crecido juntas, nada nos a pido separar y nada lo hará ya que Isal siempre será mi hermana mayor.
- Isal se todo de ti , cómo pensabas que no me daría cuenta que estás saliendo con el cocinero - atiné a decir aguantando un poco la risa.
Por desgracia, Isal solía abrir muy rápido su corazón a hombres que después resultaban ser unos completos idiotas, pero ella misma decía que así me podría decir que hombre era el indicado y perfecto para ni en un futuro, aunque claro yo ya estaba comprometida.
ESTÁS LEYENDO
La escritora de la nieve y el demonio.
Fantasylas mejores historias nacen de sueños y yo te soñé a ti, llegaste a mi vida junto con la nieve que cubriría aquel reino. ¿será esto el comienzo o final de una maldición?