Mi pequeña edad oscura

3 0 0
                                    


I

Viejos recuerdos

-El hombre se paseaba por las arruinadas galerías de la mansión abandonada. Llevaba puesta una gabardina rojiza, aunque bastante gastada, con las solapas levantadas hasta el cuello algo mordidas, y que llegaba hasta las rodillas; un pantalón negro todo rotoso, junto con unas botas sucias por el lodo seco, que caía como costras al suelo.

Tenía un rostro cansado, con unos ojos vidriosos de color oscuro, las ojeras negras, la piel pálida, el cabello que se alternaba entre blanco y castaño; con un mechón blanquecino en bucle que le caía sobre la frente. El sujeto era joven, no tendría más de treinta años, se frotaba las manos impasiblemente, cubiertas por los guantes mientras caminaba por las frías galerías de la mansión.

El sonido de sus pasos hacía tal ruido que el eco asustó a unos pájaros que escaparon por el agujero en la cúpula del vestíbulo. Levantó la cabeza y vio que el cielo estaba gris otra vez; como usualmente eran sus días.

Frente a él se alzaba la deteriorada escalera principal que se dirigía hacia la primera planta bifurcándose en dos. Comenzó a subir apoyándose en una de las barandas y empezó a recordar con una sonrisa los ruidos de los niños corriendo de una habitación a otra, los sirvientes pasando con ollas, platos, cubiertos y embriagadores postres que traían desde la cocina y llevaban al comedor, a lo lejos se oía una voz melódica de una mujer que cantaba frente a los ventanales desde donde se podía ver el pueblo entero. Tres chicos corrían hacia ella para avisarle que era la hora del almuerzo, ella se detenía y mientras los niños le agarraban las puntas de su vestido azul, escotado, que hacía juego con su tono de piel tan blanco como el marfil y su pelo negro como el azabache avanzaban hacia el gran comedor, ella tomaba un plato que estaba separado de todo, luego, pasaba junto a la escalera, y en el lado derecho de ésta, donde había una pequeña puerta, la mujer procedía a sacar una llave que introducía en la cerradura, y una vez con la puerta abierta, uno de los chicos tiraba el plato adentro desparramando toda la comida en el suelo, los otros dos se miraban entre sonrisas, mientras su madre cerraba la puerta, gritaban los tres con cierta satisfacción y al unísono: "¡es lo que te mereces, bastardo!".

El niño que estaba allí encerrado, levantaba los restos del piso, y seguía escuchando cómo los otros se alejaban entre gritos de alegría para comer en familia.

Sí, él era un hijo bastardo.

Una sonrisa asquerosa persistía en el rostro cansado, subió a la primera planta y se sentó en el último escalón, desde ahí podía ver la entrada y el gran ventanal desde donde se veía el pueblo, y en el medio de ambos, se erguía un demonio enorme, de al menos ocho metros, hecho de engranajes de relojería, y que con lo parecía ser uno de sus brazos, lentamente ya estaba por tocar el suelo.

II

Contacto

La primera vez que lo vi, fue cuando era niño. Parado frente a la mansión, los engranajes que componían su cuerpo se movían lentamente, de manera casi imperceptible, no tenía una cabeza como tal, pero sí una pieza similar al volante de un reloj, y se hallaba en la cima del cuerpo de ese enorme demonio antiguo; por ese tiempo, su brazo apenas iba por la mitad del recorrido.

Después de investigar, me enteré de que era un demonio ancestral del pueblo, concebido por el odio y los sentimientos negativos de los habitantes que se condensaron durante siglos, culminando en este ser. Dudosa era su finalidad, ya que estos tipos de demonios se muestran agresivos desde el comienzo de su existencia.

Pero alrededor de los últimos veinte años, la velocidad de sus movimientos había aumentado, y por eso hoy me hallo aquí, para exorcizarlo. En este momento el demonio está es una especie de estado de reposo y no muestra hostilidad, es por esa razón que no puedo comenzar el proceso de exorcismo, sin embargo, hay algo que me inquieta, y es el hecho que a pesar de que no esté nadie más que yo aquí, la energía negativa que emana de todo este pueblo es muy fuerte, tal vez más fuerte que cuando estaba habitado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi pequeña edad oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora