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Mentiría si dijera que toda la primera semana de su estadía en ese pueblo se la paso escribiendo lo que sería la novela de terror suspenso y acción del siglo, la realidad es cruel y es que Will entro en la clásica pero penosa depresión de un escritor, aun sin escribir nada, patético. Suspiraba mientras miraba su laptop tratando de pensar en algo, su editor pronto llamaría pidiendo un avance siquiera de lo que sería su obra, pero no tenía nada.


-¡Ugh! Vamos Graham, esto debería ser fácil.- Se dijo a si mismo mientras tiraba de sus cabellos castaños levemente enrulados, gracias madre. Era un día hermoso, el sol finalmente se asomaba en ese pueblo perdido por dios, ya que desde que llego solo hubo días grises, no salió de nuevo pensó que quizá se distraería afuera, pero daba igual.


-Quizá un recorrido en la biblioteca me ayude. - Y con cansancio de no saber que hacer, tomo su billetera con miseros billetes y salió, caminar le haría bien así que salió sin el auto, debía pensar en la gasolina también. Suspiraba con cada cosa que pronto vendría en su cuenta ¿Cómo hacían los antiguos escritores para buscar algo de inspiración? Recordó que muchos murieron en la pobreza, otros se inspiraban del culto y otros del amor. Bueno Will tiene más posibilidades de morir pobre que cualquiera de las otras dos opciones.

Podía ver a las personas alrededor caminar mientras charlaban en temas sin importancia, el miraba el cielo tratando de encontrar alguna nube que lo ayude a volver a su casa con la excusa de que lloverá, no hay ninguna el día es hermoso.


La biblioteca era enorme como un edificio de la antigüedad, pero tan bien cuidado que dolía verlo, acaricio los cimientos sintiendo los años que pasaron y las manos que quizá lo hicieron, era raro, Will desde pequeño podía sentir las cosas que otros sentían, era muy "empático" decían sus profesores pues si una niña lloraba él iba, la analizaba y lloraba sin razón alguna. Eso no ayudaba muchos niños se burlaban de el por parecer débil, pero también podía empatizar con los matones, siendo igual de cruel al momento de defenderse. Fue así que prefirió ocultar este dato suyo en una pila de demás datos de su persona.


Sentía la melancolía del edificio, extraño. Solo se encogió de hombros y decidió entrar subiendo por esas enormes escaleras de piedra, empujo la puerta de roble antiguo viendo la dimensión de ese lugar, ciertamente era mucho más grande que la biblioteca de su ciudad y más aún, de su universidad. Se quedo absorto en aquel lugar antes de ser empujado por otros visitantes que querían entrar.

Miraba alrededor asombrado hasta que llego a la recepción, una mujer más que hermosa lo atendió.


-Veo que eres nuevo aquí. - Dijo con un tono de voz tan suave que podía sentir sus caricias en el rostro. - Un placer, me llamo Alana, Alana Blom. - Sonrío dulcemente antes de acercarle un cuaderno largo, parecía uno de contabilidad. -Por favor deja tus datos, si deseas llevarte algún libro tendrás que anotarlo.


-Yo, eh, Will Graham. -Fue lo primero que pudo decir ante tantas emociones, la mujer llamada Alana solo se sonrojo levemente antes de pasarle un plumón para que empezara a escribir.


-Un placer señor Graham. -


-So-Solo Will.- Tomo aquella pluma para anotar todo lo que pedía, levantaba un poco la mirada para observarla, la belleza podría darle inspiración, pero esa idea se esfumo cuando el libro se cerró en su rostro.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2022 ⏰

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