La mesa estaba rebosante de muchos platos con comida de tantos colores, de tantos olores y de tantos sabores. Los azulinos ojos del príncipe brillaban con intencidad, ¿era el cielo lo que estaba observando?; alrededor de él habían tantas personas que compartían un mismo uniforme –vestido negro y azul para las damas, chaleco negro y camisa azul para los caballeros– y que atendían sus satisfacciones, desde servir por él el vaso con refrescante jugo hasta cortar las porciones de comida y dejárselo sobre su plato para que ni siquiera tuviera que ponerse de pie y caminar por toda la larga mesa por un platillo en particular.
—¿A su alteza real le gustaría que le dé un masaje mientras disfruta de su cena?
La muchacha que ofertó sus servicios era extremadamente hermosa y tan fantasiosa con respecto a su apariencia. Cabello rosado pálido, ojos del mismo tono y piel blanca.
—No hace falta— se negó a esa oferta sintiéndose incómodo. Era demasiada atención para él, sobre todo para él, alguien que ha estado acostumbrado a servirse así mismo.
—Todo lo que usted desee puede pedirlo, alteza real— dijo el mismo hombre de antes. La apariencia de esa persona era más común para sus propios ojos; todos habían abandonado la habitación. Quedó sólo.
Tenía el tenedor y el cuchillo en ambas manos, la carne y lo demás desprendía un delicioso olor que hacía de él un sabueso.
Miró alrededor de él. Todo era tan brillante, tan caro y tan hermoso que extrañamente le resultaba familiar.*Mamá siempre dijo que debemos de aprovechar las cosas que Dios nos brinda*
Hinco el tenedor en la carne para alzarla sin siquiera necesitar la ayuda del cuchillo para ir tomándola parte por parte. Dio un gran mordisco disfrutando de todos los condimentos que hacían de esa comida única.
*Sueño o no, debo disfrutar que ahora soy un príncipe*
—¡WHO!— gritó al momento de haber bebido el vino de un solo sorbo —¡Quiero más vino!— su deseo fue oído. Nuevamente ingresaron los sirvientes, trayendo entre manos botellas de distintas marcas de vino.
—Siéntase libre de disfrutar el que más desee— aseguró el castaño portador de un monóculo. Las botellas fueron puestas delante del monarca.
*Es el cielo, definitivamente lo es*
Disfrutó de la comida. Disfrutó de los servicios. Siendo un Príncipe con un propio palacio tenía el permiso de explorar cada rincón y cada parte del enorme lugar. No desaprovechó la oferta de bañarse en una enorme bañera de aguas cálidas. Tampoco desaprovechó la oportunidad de brincar en la espaciosa cama.
—¡Jamás había liberado tanto estrés como ahora!— detuvo su diversión de saltar sobre el colchón y recostó su cuerpo en él. El día había pasado tan rápido que ni siquiera notó el momento en el que el sol ya se había ocultado —Vaya, creo que el sueño ha llegado a su final ¿no? Toca volver a esa maldita vida de pobreton.
—Es hora de dormir, su alteza real— todo el día estuvo detrás suyo. ¿Era algún personaje que su mente había creado para su sueño?
—Oye, dime ¿cuál es tu nombre?— la repentina pregunta que hizo el príncipe tomó por sorpresa al castaño.
Miró al rubio en silencio. ¿Por qué no respondía rápido? se preguntaba mentalmente —¿O acaso mi cerebro te prohíbe revelarlo?—N–No, su alteza real— ¿era una broma suya o estaba hablando en serio? —Mi nombre es Evans.
—¿Evans?— el nombre le pareció estúpido —No me agrada— el comentario le dolió al propietario del nombre —Tienes cara de Jack, sí, de ahora en adelante te llamarás Jack.
*¿Acaso esta jugando conmigo o finalmente se volvió loco este príncipe?*
—Da igual Jack, cuando despierte de este increíble sueño te dibujaré, solo espero recordar tu cara— bostezó por el cansancio —Aunque sería mejor recordar la mitad para mejorarla libremente.
De acuerdo, ese último comentario le disgustó por completo.
Cerró los ojos y aclaró la mente. Su cuerpo empezó a ser liviano y la cama demasiado cómoda. La almohada era increíble, ni siquiera su cuello estaba teniendo los dolores tan comunes de todas las noches.
Además de ser una cama grande, el colchón era tan suave que se hundía y le brindaba una sensación de estar flotando.*¿Cuándo fue... El día en el que pude dormir tan cómodamente?*
Liberó el aire que había repentino hace momentos en un suspiro. Bastó esa acción para caer finalmente dormido.
Podía oír la alarma de su habitación.
¿Tan rápido pasó la noche?, el sueño había acabado, fue bueno mientras duró.
—Buenos días, alteza real.
La misma voz de antes...
—¿Eh?
El mismo rostro de antes...
—¿A dormido bien?
La misma habitación...
—¿Tú...?— murmuró tan bajo que Evans y los sirvientes presentes hicieron expresiones de extranez —¿Otra vez...?
—Lamento despertarlo tan temprano pero me vi obligado a hacerlo— excluyendo las palabras extrañas que estaba diciendo, el servidor decidió continuar con su labor diario: preparar al príncipe Rezef —La noticia de que despertó llegó a su majestad. Él desea verlo de inmediato. Debemos prepararlo para partir.
—¿De qué mierda estas... hablando?— ¿el sueño seguía?
—Su alteza real-...— las sirvientas gritaron atemorizadas cuando el Príncipe se levantó tan repentinamente de la cama, así como el secretario que retrocedió con temor de ser empujado por el rubio.
El sonido del agua sobre el piso hizo callar a todos.
Las gotas caían de su cabello y también de su ropa. El plato hondo de porcelana estaba encima de la cabeza del rubio, toda el agua que contenía antes había caído encima de él por voluntad propia.
Estaba muy tibia. Enrojeció la piel de su cara.
Pudo sentir el calor como si él fuese él mismo.
—¡Príncipe Rezef!— gritó Evans yendo hasta él con una toalla en manos. La colocó encima del cabello dorado del menor —¿Qué sucede con usted?, ¿Hay algo mal?
—¿Qué es lo que dijiste?— murmuró tan bajo.
La respuesta tardó; los azulados ojos del príncipe hicieron que retrocediera de su cercanía ante esa expresión que poseía.
—¿Cómo mierda fue que me llamaste?
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❝𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄 ────𝘁𝗵𝗲 𝘃𝗶𝗹𝗹𝗮𝗶𝗻𝗲𝘀𝘀 𝗶𝘀 𝗺𝗮𝗿𝗶𝗼𝗻𝗲𝘁𝘁𝗲✓
Fanfiction"𝗗𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗲 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼, 𝗲𝗹 𝗺𝗮𝘀 𝗳𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲𝗯𝗼𝗿𝗮 𝗮𝗹 𝗱𝗲𝗯𝗶𝗹. 𝗠𝗶 𝗼𝗯𝗷𝗲𝘁𝗶𝘃𝗼 𝗲𝘀 𝗻𝗼 𝘀𝗲𝗿 𝗱𝗲𝗯𝗼𝗿𝗮𝗱𝗼, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗹𝗼𝗴𝗿𝗮𝗿𝗹𝗼, 𝗱𝗲𝗯𝗼 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗲𝗿𝘁𝗶𝗿𝗺𝗲 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝘀𝗲𝗿 𝗺𝗮𝘀 𝗳𝘂𝗲𝗿𝘁...