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Eran las 6:00 de la mañana y Do Kyungsoo se preparaba para su salida en bicicleta de todas las mañanas. Miró a su marido dormido a su lado tan pacíficamente que le saco una sonrisa. Su marido siempre era igual, parecía un niño chiquito cada vez que dormía, pero era el abogado más solicitado de todo Seúl y estaba condenadamente orgulloso. Habían podido cumplir todos los sueños que tenían desde que se habían convertidos en novios, cuando todavía estaban en el instituto.

Todos y cada uno de sus amigos no pueden creer que nunca rompieron cuando tuvieron que apartarse para ir a diferentes universidades, esos años separados y todo el sufrimiento que tuvo Kyungsoo al estar lejos de Jongin solo hizo que su amor se reforzara más y su lazo fuera mucho más fuerte.

Llevaban juntos cerca de 12 años, pero de casados 4, todo era de color de rosa; a los ojos de todos eran la pareja perfecta y lo son, pero todo tiene sus pequeñas fallas ya que Kyungsoo quiere tener un bebe, quiere quedar embarazado y conocer la dicha de ser omma por el mismo, todos sus amigos ya tienen hijos, pero el no y todo porque Jongin no está listo para dar ese paso y porque no quiere esa responsabilidad.

Cuando comienza su ciclada de todos los días por el rio Han, iba tan metido en sus ideas que no se fijó que iba directo hacia una persona y así terminaron colisionando.

¿Estas bien? ─ Es lo primero que sale de los labios del extraño y Kyungsoo lo único que puede hacer es boquear como un pescado, porque joder, o estaba muerto y había ido al cielo o de verdad había un ángel enfrente de él.

S-sí, estoy bien, solo me duele un poco el brazo, ¿y tú? ─ Dios, no podía dejar de mirar esos ojos color miel y su sonrisa deslumbrante. Por dios Kyungsoo, contrólate no eres ningún adolescente con problemas de hormonas para que te pongas así, además, tienes un marido que amas mucho.

A mí no me paso absolutamente nada, me llamo Luhan, ¿y tú? ─

─ Kyungsoo. Gusto en conocerte, pero ya me tengo que ir ─ Si Kyungsoo, solo vete que llegaras tarde a trabajar.

─ No tienes que arrancar de mi precioso, pero creo que el destino nos hará volver a vernos. Bueno adiós nene nos vemos. ─ Y así como llego se fue el ángel, digo Luhan.

Tomando su bicicleta que quedo botada se dirigió hacia su casa para terminar de arreglarse y preparar el desayuno para él y Jongin.

Una vez en su casa se fue a duchar, encontrándose a Jongin ya despierto y bañándose. Queriendo aprovechar la oportunidad de bañarse con él, se sacó su ropa metiéndose en la cabina de la ducha.

Cuando entro encontró a Jongin con los ojos cerrados, así se acercó de a poco y paso sus brazos por la cintura de su marido, lo que más lo sorprendió  fue el hecho de que Jongin le dijera, ─ Bebe ya estoy terminando, lo siento ─ y la decepción lo lleno completamente.

─Está bien. Me bañare rápido y preparo el desayuno, ¿de acuerdo? ─

─ No cariño, no alcanzo y llegaré tarde, así que no me esperes despierto. ─ Le dio un beso en la mejilla y se salió del baño. Si al principio fue decepción ahora era mucho peor, lo invadieron unas ganas de llorar tan grandes que las dejo fluir a través del agua y se comenzó a preguntar, ¿hace cuánto que no hacía el amor con Jongin? ¿Hace cuánto que no lo tocaba solo por hacerlo sin que fuera una clase de obligación?

Ya más tranquilo salió de la ducha y se fue a vestir, tampoco quiso desayunar solo se fue a su auto y salió hacia su oficina.

Cuando ya estaba en su cómoda oficina revisando con su secretaria lo que tenía que hacer en el día, llegó el presidente de la empresa en la que trabajaba.

Señor Do, quiero que se prepare para recibir al nuevo socio de la empresa.─

Si, por supuesto señor Lee, como usted diga y... ¿a qué hora llega, para tener un desayuno listo y mostrarle los alrededores?

─ Ya está en camino y pasara directo a tu oficina.─

─Okay. ─Ya comenzándose a sentir un poco nervioso no sabiendo porque, se dedicó a ordenar algunos papeles y llamar algunos proveedores y cancelar algunas citas de la mañana como precaución.

A las 9:30 de la mañana siente un golpe en su puerta ─Adelante. ─ dijo y se llevó una gran sorpresa, Luhan, él estaba ahí en su oficina con su jefe. Después de todo si existe el destino o el tiene mucha mala suerte.

Te dije que nos volveríamos a ver precioso.─ Si, definitivamente el destino lo odia, o lo quiere mucho.

TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora