Capítulo 1

14 2 0
                                    


Estaba tranquilamente leyendo cuando me llego una notificación de whatsapp, pero algo llamo mi atención o bueno exactamente el nombre que aparecía.

Diego.

Diego, mi compañero de clases y de equipo me había escrito y a lo que yo recordaba no teníamos que hacer ningún proyecto.

Se me hizo un tanto extraño pues él nunca me había escrito por privado, siempre hablamos por el grupo que teníamos para ponernos de acuerdo cuando teníamos que hacer un proyecto.

Decidí dejarlo pasar. Más tarde le respondería. Así que me dispuse a seguir con mi lectura pues me había quedado en una parte muy interesante y no quería distraerme.

Dos horas más tarde entre a whatsapp y empecé a contestar los mensajes que tenia, en cierta forma evitando llegar al chat de mi compañero.

No era muy buena contestado mensajes de personas que no conocía o que no les tenia confianza siempre tenia que releer antes de dar enviar y cuando terminaba la conversación me quedaba pensado si había dicho algo que no estuviera bien.

Abrí su chat y leí atentamente lo que decía.

Diego: La ansiedad también es química, pero bien engañosa.

Había respondido a mi estado.

Me salí de su chat y fui a revisar mi estado, era una frase de un libro que había leído y me gusto.

"El ser humano se hace creer a si mismo que eso que siente es química, aunque solo sea ansiedad".

Regrese a su chat y me quede pensando por unos minutos qué responder.

cuando ya tenía la respuesta la escribí y la leí en mi mente antes de dar enviar.

Andrómeda: Considero más engañosa la química qué la ansiedad.

Me quede unos segundos más viendo el mensaje, se había conectado hace más de una hora. Salí de whatsapp y apague mi celular.

Un ruido llamo mi atención así que me pare de mi cama y me asome por mi ventana, era el vecino de enfrente que había llegado y estaba metiendo unas cosas a su casa.

Desvíe la mirada al cielo cuando él volteo a mi ventana descubriendo qué yo lo estaba observando, segundos después escuche su puerta cerrarse.

Me aleje de la ventana y fui directamente a mi cama donde había dejado mi celular, lo tome y salí de mi cuarto para ir a la azotea de mi casa.

Ese pequeño accidente con mi vecino me había servido para darme cuenta que hoy era luna llena así que decidí que era buena idea ir a observar la vista.

Casi todas las noches subía a la azotea ahí podía alejarme de todo y solo observar el cielo... y a mi vecino, él era la "vista" principal.

Nunca habíamos cruzado una sola palabra solo miradas de lejos, lo conocí hace unos meses cuando yo estaba en mi azotea poniendo una cobija en el tendedero y él estaba de espaldas poniendo un bóxer es su tendedero.

Mi celular me saco de mis pensamientos, era otro mensaje de Diego, como no tenia nada más que hacer decidí entrar a whatsapp, responder y terminar esta pequeña conversación.

Diego: Y el cerebro es engañado, y quien induce los engaños es la química.

Esto se estaba poniendo extraño, nunca me había hablado y ahora le interesaba tener una conversación conmigo sobre la química del amor.

Decidí que lo mejor era solo mandar un sticker para así terminar rápido esta conversación, como no quería arriesgarme a que me viera en línea, rápido me salí y apague mi celular.

Era hora de bajar empezaba hacer frío y no quería enfermarme, eche un último vistazo a la ventana de mi vecino y como siempre todas las luces estaban apagadas, todo relacionado a él era un misterio. Uno qué me daba mucha curiosidad. 

Como amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora