Para un viejo amor

Amor divino

Llovió el día en que por primera vez te ví, y una tormenta cuando por fin te conocí.

En tus ojos negros pude verme, pero en tus brazos jamás me
encontré.
¡Amor divino! Eras lágrimas y yo tristeza, siempre fuimos tragedia. ¡Oh amor divino! Dijiste que me amabas y aunque yo así lo quisiera, no podía soportar que me amases más que a tu belleza.

¡Te lo pido, amor divino! ¡no vuelvas a marcharte! Las estrellas brillan debajo de tu piel morena. Y si te vas, no vuelvas jamás, que solo traes desastre y miseria.

¡Te lo daré, amor divino! ¡te daré lo que me pidas! Y te daría mi vida, si tan solo fuese un saco a tu medida.
Tu encanto me está matando, amor divino, tú amor me está ahogando.

Aún no es tarde, vete ya. ¡Te lo ruego, amor divino! ¡Ya no puedo más!
Lárgate sin mirar atrás, déjame sola tal y como merezco.
Me aterra pensar que jamás te irás, y no saber lo que nos pasará si te quedas.

¡Juro que es por tu bien, amor divino! ¡No te quiero lastimar! Me matarás si te vas y morirás si te quedas.
Así que, amor divino, ésta noche te irás bajo la tormenta. Deberás encontrar el camino a casa sin un mapa, pero no temas, pues ahora que no estás será mucho más fácil para ti, para mí y para el mundo.

Amor divino, ésta noche serás libre y te lloraré hasta que te desvanezcas,
porque si no lo haces dolerás eternamente, o hasta que vuelvas.