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—¡Piérdete! No quiero verte.

–Pobre alma miserable, que no ves que soy parte de tí.

—Monstruo, yo no soy tú.

–A no?, Porque no abres los ojos y ves la carnicería que hicimos con nuestras propias manos.

Nota: Inspirado en cuentos para monstruos.

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